El último dato del IPC sitúa la evolución de los precios en un 11% desde el pasado año en Asturias, un poco por encima de la media nacional. Desde el inicio de la legislatura, las subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) han llevado esta mejora de los salarios más bajos hasta el mismo punto: una subida del 11% durante los últimos tres años.
El Gobierno empezó la legislatura con un aumento del SMI cercano al 6%, llegando este a los 950 euros mensuales. Trabajo, ahora planea subir un 4,9% el SMI actual en 2023, hasta los 1.049 euros al mes en 14 pagas. Tomando esta evolución respecto del punto de partida previo a la primera subida esta sería entonces del 17%.
El temor es que la escalada de los precios que afecta a toda Europa, aunque parece ir pisando el freno, pero no retrocediendo continúe alcanzando las subidas salariales que promueve el Ejecutivo. Si los precios suben al mismo ritmo que los salarios, el efecto de las medidas simplemente palia la pérdida de poder adquisitivo que conlleva la inflación.
Según los analistas, la escalada de los precios en España terminaría el año con una media del 8%. Lo que apuntan los expertos es que esta escalada, que se mide de año en año, se moderará. Los precios seguirán subiendo, pero a un ritmo del 3,5%. Pese a todo, las sucesivas revisiones que los técnicos van haciendo sobre las expectativas inflacionarias, hasta ahora, están siendo todas al alza.
Estas subidas del coste de la vida contrarrestan las del SMI y, por supuesto, las de los salarios que se modifican por convenio, que están creciendo a un ritmo inferior al 3%. Aunque la inflación afecta de manera transversal a toda la población, las rentas más bajas son las más expuestas a su evolución: no es lo mismo que para alguien que cobra 1.300 euros mensuales que el precio de la gasolina se duplique que para alguien que ingresa 2.500: porque el porcentaje de salario que destina a esta partida es sustancialmente diferente.
