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El gasto en pensiones alcanzará los 5.800 millones en Asturias al vincularlas al IPC

El Principado, con un tercio de población de pensionistas, apunta a ser la región que menos sufra la pérdida de poder adquisitivo por la inflación

Las debilidades, a veces, pueden convertirse en fortalezas. El Principado, con 270.000 pensionistas –casi un tercio de su población–, resulta tener un sólido colchón contra el empobrecimiento que conlleva la subida de los precios. El Gobierno se mantiene firme en actualizar el gasto de las pensiones en función de la evolución del Índice de Precios al Consumo (IPC). Los analistas calculan que la inflación anual terminará el año en el entorno del 8%. De ser así, la caja única dejará en 2023 unos 5.790 millones de euros en Asturias, la que será la cifra más alta de la historia.

En Asturias se perciben cerca de 300.000 pensiones mensuales. El último dato de la Seguridad Social, del pasado mes de julio, cifra en 299.598 las partidas que se reparten en el Principado. Cuantía que se reparten entre 270.675 pensionistas, porque hay quien recibe más de una pensión al mes. La cuantía media de las pensiones asturianas es la segunda más alta del país, solo por detrás del País Vasco. El último dato, también del mes de julio, cifra en 1.279,43 euros la pensión media asturiana.

La actualización de las rentas de los pensionistas les permitirá mantener su capacidad adquisitiva en un contexto de empobrecimiento generalizado. El último dato del IPC, relativo al mes de julio, situaba la inflación interanual en Asturias en el entorno del 11,1%. Esto viene a significar, aunque con ciertos matices, que, hoy, la vida es un once por ciento más cara que hace un año. Los analistas y muy recientemente el propio Banco Central Europeo no descartan que los precios sigan subiendo durante los próximos meses. Los pensionistas, gracias al empeño del Gobierno central, son prácticamente los únicos que están "a salvo" de buena parte de la pérdida de poder adquisitivo que implica la inflación.

Los salarios de los trabajadores públicos, un colectivo que también es significativo en el Principado, no tendrán el mismo privilegio. Las últimas declaraciones por parte de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, parecían desdibujar la posibilidad de que los salarios de los funcionarios –cerca de 80.000 en Asturias– fuesen a subir al ritmo que lo hacen los precios. Tampoco los trabajadores del sector privado están viendo como sus emolumentos se actualizan en función del IPC. Las cifras públicas, que son aquellas provenientes de los sueldos que se rigen por convenio, dejan las actualizaciones salariales muy por debajo de la escalada de los precios. Esto se consolidará si el Gobierno, los sindicatos y la patronal alcanzan algún acuerdo en materia del pretendido "pacto de rentas". Para contener la espiral inflacionaria las tres partes quieren alcanzar un acuerdo que pasa por "abrocharse el cinturón" para limitar la hasta ahora incontrolable inflación.

Los precios se fijan por el cruce de las curvas de la oferta y la demanda. Si la gente no puede comprar al precio que marcan las empresas estos terminan por bajar. Así, la teoría económica marca la senda de contener el incremento de los sueldos para evitar que los precios sigan subiendo sin límite. Los sindicatos incluyen en la ecuación lo que denominan "rentas empresariales" y piden a las empresas que limiten sus beneficios en aras del bien común al tiempo que presionan por una subida salarial. Las patronales argumentan entonces que la subida de salarios para evitar la pérdida de poder adquisitivo de la población revierte en un incremento de los costes, diluyendo ya de por sí los beneficios. Las diferencias de criterio e intereses entre unos y otros es lo que dificulta alcanzar dicho acuerdo.

Con las pensiones pasa una cosa y la contraria. Es cierto que al subir las prestaciones a los pensionistas estos pueden mantener su nivel de consumo. Con la actualización tendrán un poder adquisitivo muy similar al de antes de que se disparase la crisis a causa del alza de los precios energéticos por la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Este aumento de sus rentas, en principio, se puede llevar a cabo sin incrementar los costes de producción de ninguna empresa y, solo por eso, es viable. El sobrecoste para las arcas públicas de las rentas de los pensionistas españoles, sin embargo, tiene que cargarse en algún punto de las cuentas del Estado. Está por ver si se financiará con los nuevos impuestos especiales a los beneficios de bancos y eléctricas o se costea vía deuda. Todo haz, en economía, tiene su envés.

A nivel regional, pese a todo, Asturias saldrá beneficiada. La "caja única", que proviene del común de los españoles, deberá cargar con el sobreesfuerzo de más de 400 millones en el que se estima la diferencia respecto de las transferencias de este año.

El "indexar" las pensiones al IPC será el "colchón" que mantendrá buena parte del consumo en el Principado durante el próximo año. En Asturias, de manera aproximada y de acuerdo con los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), hay cerca de 300.000 trabajadores del sector privado, unos 80.000 empleados públicos, otras 50.000 personas en el paro y unos 270.000 perceptores de algún tipo de pensión. Estas personas gestionan el grueso del dinero de Asturias y, los pensionistas, como se aprecia, son una parte muy importante del conjunto de la región.

La elevada pensión media de Asturias y las peculiaridades demográficas de la región la convierten en una de las comunidades más dependientes de la reforma que plantea el Ejecutivo y puede que la más beneficiada de la medida. La debilidad del Principado –su escasa tasa de población activa y la limitada productividad de la economía– serán su mejor salvavidas contra la crisis de los precios. Los pensionistas seguirán comprando y esto ayudará a mantener negocios y la circulación del dinero en el mercado.

Con la actualización de las pensiones se agudizará una de las características de la región, su dependencia de lo público. El Principado tiene ingresos por encima de la media del país gracias, especialmente a las elevadas pensiones que tienen su origen en las jubilaciones de la minería y las empresas públicas. Asturias podrá seguir disfrutando de un nivel de bienestar ganado y merecido por el esfuerzo del pasado, pero la "caja única" seguirá tensionándose.

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