La compañía siderúrgica ArcelorMittal comenzará a negociar esta semana el modo de aplicación en sus distintas plantas asturianas del expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que pactó el viernes para el conjunto de sus instalaciones en España con una mayoría sindical integrada por UGT, CC OO y USO.
Aunque el ERTE entró oficialmente en vigor el sábado, su aplicación concreta y específica en las instalaciones fabriles que lo precisen se abordará esta semana, instalación por instalación, con la representación laboral de cada planta.
En Asturias se prevé que afecte al horno alto A de Veriña –que quedó totalmente parado el jueves por la noche–, parque de carbones y los sínter (que se alternarán en su actividad) todos ellos en la factoría de Gijón, y la división de productos planos de la fábrica de Avilés.
Según lo pactado, el ERTE podrá extenderse hasta el 31 de diciembre y afectará en el caso de Asturias a un máximo de 1.250 trabajadores: el 25% de los 5.000 empleados de la multinacional en la región.
El ERTE fue justificado por la compañía en virtud de la caída de la demanda de acero en Europa, la entrada en el mercado comunitario de productos de otros países a menor coste y la carestía en la UE de la energía y de los derechos de emisión de CO2.
El expediente garantiza a los trabajadores que sean regulados el 90% del salario bruto más el 100% de pagas extraordinarias y vacaciones.
