El Gobierno se plantea poner fin al descuento de 20 céntimos por litro de combustible que activó el pasado 1 de abril como medida anticrisis. La rebajas que se aplica a todos los conductores de manera generalizada expira el próximo 31 de diciembre y de momento su continuidad sigue bajo estudio y se analizan diferentes opciones para sustituir el descuento indiscriminado por medidas orientadas específicamente a proteger los sectores económicos más afectados por la subida de los carburantes.

El Ejecutivo pretende apurar hasta casi final de año para adoptar una decisión tras analizar la evolución de los precios de los combustibles durante las próximas semanas y las previsiones para el próximo año. El precio de los combustibles han venido registrando caídas a lo largo de las últimas semanas y se han alejado de los máximos del pasado julio, cuando tanto gasolina como gasóleo se situaron por encima de los 2,10 euros por litro.

El Gobierno se plantea mantener durante los primeros meses del próximo año o durante todo 2023 varias de las medidas adoptadas para paliar el impacto de la crisis energética en hogares y empresas, pero la rebaja de los combustibles está en duda. La vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha dejado en el aire la continuidad del descuento de 20 céntimos a partir del 1 de enero, subrayando en una entrevista con RNE que se trata de una medida con un enorme enorme coste fiscal.

Las cuentas públicas pagan íntegramente el descuento a todos los conductores, particulares y profesionales, e independientemente de su nivel de renta; salvo en el caso de algunas grandes petroleras que el Estado asume 15 de los 20 céntimos. La previsión oficial del Ejecutivo sólo para los tres primeros meses de aplicación era que el coste para el erario público sería de más de 1.400 millones de euros, y reconoció que sería finalmente mayor.

Calviño ha apuntado que se está analizando la conveniencia de mantener el descuento generalizado en los combustibles o sustituirlo por medidas orientadas a blindar a los profesionales de sectores económicos con actividades en el que el precio de los carburantes representa un lastre especial para las compañías. "Habrá que ver si hay que tomar medidas sectoriales, si hay que mantenerla para toda la población o centrarla en un sector o colectivo más afectado", ha apuntado.

Cambios en estudio

Cada vez que ha tocado renovar la medida de la rebaja de los combustibles, desde el propio Gobierno se había venido apuntando la posibilidad de eliminar el descuento o modificarlo si se constataba que no estaba siendo eficaz. Y el Ejecutivo también había dejado abierta la puerta en otras ocasiones a reconvertirlo más adelante en un descuento que se repartiría en función de la renta del consumidor si la crisis energética y los altos precios de gasolina y gasóleo se prolongaban y se hacía necesario ampliar el apoyo a los conductores.

El reparto generalizado del descuento de 20 céntimos por litro para todos los clientes y en todos los repostajes, con independencia del nivel de renta del consumidor y de la intensidad en el uso de los vehículos, ha recibido críticas por ser regresiva: al ser general, beneficia más a las rentas altas. En cualquier caso, desde varios ministerios del Ejecutivo (de Hacienda a Transición Ecológica o la propia Economía) se ha defendido que lanzar la rebaja de carburantes para todos los usuarios era la única forma de aplicarlo rápidamente en un momento de crisis de precios extrema.