Es un buen año para las petroleras. La crisis de Ucrania ha disparado los precios y con ello las cuentas de las compañías que venden este combustible. Es el caso de Repsol, que sigue batiendo récords con un beneficio neto durante los nueve primeros meses de este año de 3.222 millones de euros, un 66% más que los 1.939 millones de euros que había conseguido por estas fechas hace un año. Tras estas buenas cifras, la compañía ha decidido elevar un 11% el dividendo a los accionistas para 2023, que supone adelantar un año la retribución de 0,70 euros prevista para 2024 en su plan estratégico.

Además, la fuerte generación de caja operativa de la compañía le ha permitido llevar a cabo una histórica reducción de su deuda neta del 62%, al cerrar septiembre en 2.181 millones de euros. Esto supone un descenso de 3.581 millones de euros, respecto a la registrada al inicio del ejercicio actual. Mientras la liquidez se incrementó hasta los 12.426 millones de euros.

El resultado neto ajustado de este periodo se situó en 4.654 millones de euros, tres veces más que los 1.582 millones de euros registrados entre enero y septiembre de 2021. Destaca el extraordinario desempeño del área industrial durante el periodo por los altos márgenes de refino, principalmente en el segundo trimestre, cuando se dispararon hasta los 23,3 dólares por barril. Entre julio y septiembre se ‘moderó’, hasta los 12,7 dólares por barril, pero lejos de los 3,2 dólares de un año antes. Esto se explica porque 2021 fue un año de márgenes bajos por la menor demanda derivada del covid, mientras este año se han disparado por la guerra de Ucrania.

De esta forma, el negocio industrial obtuvo un resultado de 2.031 millones de euros, seis veces más que los 339 millones de euros de 2021. Pero la compañía, que defiende haber invertido una media de 1.000 millones de euros al año desde 2008 en estas instalaciones, mientras otros países echaban el cierre, ha decidido provisionar 2.086 millones de euros por el “deterioro del valor contable” de las refinerías por “la inseguridad del entorno de negocio y la presión regulatoria y fiscal en Europa”.

El negocio industrial roza las cifras del área internacional (Upstream), dedicado a la exploración y producción de crudo, que obtuvo en los primeros nueve meses del año un resultado neto ajustado de 2.431 millones, más del doble de los 1.063 millones de euros del mismo periodo de 2021. Este negocio ha estado marcado por la venta del 25% a EIG, un inversor institucional estadounidense, por valor de 4.800 millones de euros, así como por unos elevados precios de los hidrocarburos que en el caso del crudo Brent superó en un 55% a los precios del mismo periodo del año anterior al pagar entre enero y septiembre una media de 105,5 dólares por barril, un 30% menos que en los máximos de marzo. El Henry Hub alcanzó los 6,8 dólares por barril, un 112% más de lo registrado hasta septiembre de 2021.

En el área comercial y de renovables, donde Crédit Agricole y EIP se incorporaron como socios en septiembre, subraya la compañía los descuentos en la venta de carburantes en sus estaciones de servicio, que han permitido un ahorro de alrededor de 300 millones de euros para sus clientes, así como el “esfuerzo” de la compañía por tratar de amortiguar las consecuencias que los elevados precios de la luz y el gas están afectan a sus 1,5 millones de consumidores. Esto explica el descenso del resultado de este área que ha pasado de los 397 millones en los primeros nueve meses de 2021 a 373 millones en el mismo periodo este año.

Por su parte, el negocio de química "sufrió las consecuencias de un entorno a la baja, con demanda y márgenes en caída y afectado por la subida de los costes energéticos", según añade la compañía.

Ante este escenario, Repsol aumentará hasta 0,35 euros brutos por acción la retribución en efectivo que se distribuirá a los accionistas en enero, al tiempo que el Consejo de Administración propondrá a la Junta General Ordinaria de Accionistas del próximo año un pago complementario de otros 0,35 euros brutos por acción. Así, la remuneración efectiva en 2023 aumentará un 11%, hasta los 0,70 euros por acción previstos para el año 2024.

Además, Repsol anticipará en tres años su objetivo de recompra y amortización de acciones, con el objetivo de alcanzar a finales de este ejercicio los 200 millones de títulos amortizados que se habían establecido para el periodo 2021-2025. Repsol pondrá en marcha un nuevo programa de recompra que le permitirá amortizar los 50 millones de acciones que quedan para lograr este objetivo.