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Vivienda

Propietarios ya rechazan alquilar sus pisos a personas que los utilicen para teletrabajar

La causa que aluden es económica: defienden que ganarían más si lo rentasen como local comercial u oficina | “Es razonable, un apartamento no está pensado para trabajar a diario”, afirma el dueño de una vivienda

El teletrabajo limita las posibilidades de alquilar piso.

La pandemia trajo consigo el teletrabajo. Pero lejos de ser una práctica que haya dejado de utilizarse tras la vuelta a la normalidad, hay muchas empresas que siguen apostando por ella, bien por ahorro de costes o para facilitar la conciliación laboral de sus empleados. El problema es que, cuando algo comienza a extenderse, parece ser que siempre hay un sector que intenta frenarlo, bien por motivos económicos, sociales o de cualquier otro tipo. En este caso, son los propietarios de las viviendas los que están empezando a poner impedimentos al teletrabajo.

Concretamente, algunos dueños de pisos, a la hora de alquilarlos, ponen como una de las condiciones no utilizar el inmueble para trabajar a diario. El motivo: consideran que si se renta para ejercer también tareas laborales de forma habitual, deberían hacerlo entonces como oficina o local comercial en lugar de como vivienda, y por tanto el precio subiría. Es decir, la razón es económica. “Un apartamento no es para trabajar todos los días, porque entonces lo convertiría en una oficina y podría cobrar un alquiler mucho mayor. Creo que es algo razonable”, asegura Javier Carrera, dueño de varios pisos en Vigo.

Hay que tener en cuenta que los propietarios de las viviendas pueden poner las condiciones que consideren oportunas a la hora de alquilar un piso. Y hay algunos que ya deciden no firmar contratos a aquellas personas que van a teletrabajar en la vivienda. Este requisito, que ya se está empezando a aplicar de forma generalizada en ciudades como Madrid o Barcelona, empieza ahora a darse también, aunque de forma puntual, en otras ciudades.

“Nosotros somos simples mediadores, es algo en lo que no podemos entrar. Es cierto que los dueños cada vez están poniendo más condiciones a la hora de alquilar un piso, y el teletrabajo es algo que está ahí”, asegura la responsable de una inmobiliaria del centro de la ciudad. Por ello, a la hora de entrevistar a un posible inquilino, hay inmobiliarias que están preguntando, a petición de los propietarios, si se va a utilizar la vivienda también para teletrabajar de forma habitual, para descartar o no al posible arrendatario. O, en todo caso, se les informa de que una de las condiciones para poder vivir en ese inmueble es no desarrollar esa actividad y, en caso de hacerlo, se podrá rescindir el contrato en cualquier momento.

No hay duda de que cada vez se está poniendo más difícil el acceso a una vivienda de alquiler. Porque, además, el desembolso inicial necesario y los requisitos que exigen los propietarios a los inquilinos para poder entrar en un piso son muy elevados. Los dueños de los pisos, en la actualidad, piden un mes por adelantado, y en algunos casos, están pidiendo incluso tres meses de fianza, a lo que habría que sumar otras cantidades como el seguro de impago, que se abona en muchos alquileres. Es decir, para entrar en un piso que cuesta seiscientos euros de alquiler, hay que pagar 2.400 euros por adelantado.

La ley de arrendamientos urbanos establece que la fianza debe ser de un mes, pero que el arrendador puede reclamar otras dos por adelantado siempre y cuando esas dos sean como garantía adicional, y no como fianza. Ahí residen las dudas sobre la legalidad de algunos contratos sobre fianzas de tres meses que se están firmando en los últimos tiempos. Es más, algunas inmobiliarias han trasladado a Faro de Vigo, del grupo Prensa Ibérica, su preocupación por el hecho de que algunos caseros quisieron aprovechar la temporada estival para subir los precios por encima del mercado y también para endurecer las condiciones del acceso a la vivienda.

Hay que apuntar, no obstante, que lo más normal es que los propietarios demanden un mes de fianza, que es “obligatorio por ley” en el caso de los pisos, así como las últimas nóminas, información que se envía al seguro para que considere si dar luz verde o no. Respecto a los seguros de impago, precisamente, las inmobiliarias apuntan que más de la mitad de los propietarios exigen su contratación y es el inquilino el que debe pagarlo de forma general. Además, a la hora de alquilar un piso también se tiene en cuenta que la nómina del arrendatario sea de al menos el doble del importe de la mensualidad que debe pagar por la vivienda. 

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