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Entrevista

Sarah Babiker: "Hay todo un sistema ideológico que ha posibilitado que la gente se preste a ser explotada"

“La idea de que si le das dinero a alguien se va a quedar en casa rascando la barriga demuestra poca fe en la humanidad”

La periodista y antropóloga Sarah Babiker. ÁLVARO MINGUITO

¿Cómo se desarrollarían las vidas de las personas si tuviesen sus necesidades básicas cubiertas? Es una de las preguntas a las que tratarán de dar respuesta los participantes del simposio de la Red Renta Básica, Colocando a vida no centro, que se desarrollará entre hoy y mañana en el Paraninfo de la Universidade. Intervendrán activistas, investigadores y estudiosos en la materia como el economista Julen Bollaín, la escritora Coral Herrero o la periodista y antropóloga Sarah Babiker.

La Renta Básica Universal, que plantea la cobertura de las necesidades básicas de toda la población, sigue siendo una propuesta muy cuestionada por ciertos sectores. ¿Por qué?

Hay varias cosas. Por norma general, cuesta mucho concebir la idea de que se reciba una cantidad económica sin hacer nada a cambio, tenemos muy interiorizado el paradigma del trabajo con el sudor de la frente, como algo que hay que merecerse. Es como una posición moral, no te lo pueden regalar; y si alguien te da algo a cambio de nada es como sospechoso, como si estuvieses generando parásitos. Hay todo un sistema ideológico que ha posibilitado que la gente se preste a ser explotada. Por otro lado, hay gente que tiene posibilidades económicas infinitas, y al final esto es una lucha de clases: para que todo el mundo tenga lo suficiente, hay gente que tiene que tener menos. Ya es difícil pelear una subida del salario mínimo, imagínate garantizar que la gente tenga lo básico para vivir, que es algo que hace a la gente más independiente, más autónoma.

Otra de las grandes críticas es que desincentiva la búsqueda de empleo, pero hay ejemplos exitosos de su viabilidad.

Hay estudios de economistas que llevan años trabajando en esto, y han demostrado que es perfectamente viable. Más allá de esto, es una cuestión de sentido común. Hay gente que acumula recursos para vivir un millón de vidas. Me gusta bajar la economía a la escala familiar: en una casa, nadie permitiría que un hijo tuviese para vivir 20 vidas y otro no tuviese para llegar al final de la semana. Habiendo recursos suficientes, que los hay, no tiene sentido esta acaparación, es inmoral. Se le da un valor al trabajo que es como un poco religioso, más allá del trabajo que se ejerce. Pensar que un trabajo tiene valor en si mismo, que se justifica en sí mismo, es romantizar el trabajo. Hay cosas que a la gente le gusta hacer, que hacemos bien, que necesitamos para realizarnos y sentirnos bien con el mundo. Esa idea de que si le das dinero a la gente se queda en casa rascando la barriga está llena de prejuicios, de paternalismo y de poca fe en la humanidad.

Trabaja en temas de migración. ¿El acceso a una Renta Básica Universal daría un vuelco a la vida de las personas migrantes, a quienes cuesta romper esa espiral de precariedad en sus países de destino?

Claro. A la mayoría de la gente, si solo dependiese de su trabajo, partiendo de cero, sin red familiar ni de contactos, sin tener una casa, si estuviese desprovista de esa ayuda, le costaría sobrevivir. Las personas migrantes, que no cuentan con esa solidaridad intergeneracional con la que podemos contar esas personas que en los últimos años nos hemos enfrentado al mercado laboral, están absolutamente a la intemperie. Cuando no tienes un poder de negociación ni puedes permitirte esperar dos meses a un trabajo mejor, estás totalmente expuesto a la explotación. A las personas migrantes, esta RBU les permitiría poder tener una base para negociar, mejorar profesionalmente, pensar a largo plazo.

En A Coruña funciona la Renta Social Municipal, destinada a personas en situación de exclusión que no tienen acceso a otras prestaciones, entre ellas, muchas personas migrantes. ¿Desmonta el mito de la ayuda indiscriminada a migrantes por encima de españoles?

Claro. A las personas migrantes, para muchas ayudas como el Ingreso Mínimo, se les pide un año entero de cotización, un empadronamiento largo, que no pueden demostrar con un contrato oficial porque no tienen acceso a la vivienda como los locales. La Renta Básica de A Coruña, creo recordar, incluía a personas migrantes en situación irregular. No hay ninguna ayuda que incluya a personas migrantes en situación irregular, que es ese mito de la extrema derecha de que llegas aquí y te dan una paga. Y, si existiese, tampoco estaría mal darle un derecho básico a la gente. Luego la gente aporta, la gente trabaja. Insistir en esa idea para estigmatizar a la migración no se corresponde con la realidad, y presenta como algo negativo algo que no tendría por qué serlo. Se trata de garantizar derechos básicos a las personas que viven en tu estado.

Defiende, además, que la cobertura de necesidades básicas disminuiría la vulnerabilidad de las mujeres en casos de maltrato.

Yo creo que cualquier persona que esté atenta a su entorno, se da cuenta de que por más campañas de sensibilización que haya, si tú vives con tu maltratador y no tienes los recursos suficientes para separarte, emanciparte, llevar una vida autónoma y cuidar a tus hijos e hijas, es muy obvio que hay muchas mujeres que no pueden separarse. No solo de sus maltratadores, sino de realidades de pareja que no desean, porque están en situaciones precarias. Es una herramienta fundamental para luchar contra la violencia de género y contra el acoso laboral. ¿Cuántas situaciones de mierda aguanta la gente en el trabajo por no dejarlo y quedarse desamparada?

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