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Energía

El Gobierno y Red Eléctrica fracasan en su intento por encontrar empresas que reduzcan su consumo a cambio de dinero

Solo han conseguido captar compañías por el 20% de la energía subastada | Las ganadoras se reparten casi 100 millones de euros durante todo el año

Una planta de ArcelorMittal. EP

La crisis energética llevó al Gobierno a crear un nuevo mecanismo para evitar tensiones en la red eléctrica para evitar sobrecargas en momentos de alta demanda que puedan provocar apagones puntuales. La fórmula pasa por encontrar empresas que quieran reducir su consumo eléctrico en determinados momentos a cambio de dinero. Red Eléctrica celebró una subasta hace dos semanas con este cometido, pero el concurso ha sido un fracaso: se adjudicaron menos del 20% de los 2.700 megavatios subastados.

Las condiciones del mecanismo y el escaso margen de preparación son los argumentos que esgrimen las compañías, aunque desde el operador del sistema eléctrico valoran los resultados como “buenos” y confían en que “sean mejores” cuando “las comercializadoras maduren el producto y entiendan cómo pueden llevar los costes y beneficios de este servicio a sus clientes”.

Según Red Eléctrica, en la subasta participaron 16 grandes consumidores o comercializadoras que agrupan a varios clientes con, al menos, 1 megavatio de potencia contratada (para hacerse una idea un hogar medio tiene una potencia de 4,6 kilovatios, es decir, 0,0046 megavatios) por una potencia total de 699 megavatios. Pero solo se han adjudicado 497 megavatios.

Red Eléctrica no publica los ganadores hasta un mes después del concurso, según explica. Pero fuentes del mercado apuntan a 12 ganadores, de los cuales 4 son consumidores directos de electricidad en el mercado (Alúmina, Celsa y otras dos empresas a través de Cepsa y Wind to market) y 8 son comercializadoras eléctricas (Cepsa, EDP, Acciona, Endesa, Fortia, Gas Natural, Iberdrola y Gesternova) que han negociado con sus clientes su incorporación en el mecanismo.

Entre los participantes se reparten 100 millones de euros por estar disponibles a la 'llamada' de Red Eléctrica desde el martes 1 de noviembre y hasta el 31 de octubre de 2023 durante un total de 2.714 horas. Las empresas pueden ser llamadas con una antelación de 15 minutos para reducir su consumo durante un máximo de tres horas al día. Red Eléctrica estima que el servicio se activará unas 15 veces (45 horas). El servicio funciona de lunes a viernes de 8 de la mañana y hasta la medianoche, durante los meses de octubre a marzo, y desde las 18 horas hasta la medianoche, entre abril y septiembre.

Plazos cortos

La Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (Aege) defienden que este tipo de mecanismos son "positivos" porque "reconocen el valor que puede prestar los consumidores al sistema eléctrico", pero añaden que el nuevo servicio impide cambiar de comercializador durante el periodo de aplicación (del 1 de noviembre de este año al 1 de noviembre del próximo) cuando la mayoría de los contratos de suministro de estas empresas se rigen por el año natural (del 1 de enero de un año al 1 de enero del siguiente). También acusan los plazos entre el anunció del mecanismo y la subasta han sido muy reducidos, con un mes y medio de diferencia. "Con el tiempo suficiente, la oferta podría haber sido dos o tres veces superior a la potencia presentada a la pasada subasta", aseguran desde el sector.

Desde la patronal de gran consumo añaden que la “incertidumbre” que genera un producto que compromete a las empresas durante todo un año ha sido otro de los hándicaps. “El servicio debe consolidarse para detectar barreras y solventarlas. Sobre todo en esas tres cuestiones relativas a los plazos, la posibilidad de realizar cambios de comercializador y que no sea un producto anual”, expone el nuevo director general de Aege, Pedro González, hasta hace muy poco director de regulación de la patronal eléctrica Aeléc.

Vieja interrumpibilidad

Hasta el verano de 2020 existía en España un mecanismo similar, denominado subasta de interrumpibilidad, creado con el mismo objetivo de aportar flexibilidad al sistema cuando falta generación. La principal diferencia entre ambos es que antes se realizaban solo contratos bilaterales entre el operador del sistema y la gran industria (más de 5 megavatios de potencia), mientras que ahora pueden participar comercializadoras y parte de 1 megavatio. El operador (Red Eléctrica) habla con el comercializador para que los clientes bajen su potencia y es la eléctrica quien llama a la industria para que baje su consumo. Desde que Red Eléctrica da la orden hasta que se ejecuta hay un plazo de 15 minutos”, añade González. Y ese es otro de los miedos de las compañías porque si no realizan la orden en tiempo y forma son penalizadas.

Horas punta

Según explica González, nada tiene que ver este sistema con la obligación acordada entre España y la Comisión Europea de reducir el consumo en horas punta un 5% porque, por un lado, este mecanismo es anual, mientras la reducción en horas punta es hasta el mes de marzo, cuando termina el invierno, y por otro, porque este mecanismo se aplicará en momentos “puntuales” y no de forma generalizada. De hecho, Red Eléctrica estima que durante el año que dura el servicio se podrán producir alrededor de 15 órdenes de activación del servicio (45 periodos horarios).“Si parásemos tres horas todos los días tendríamos otro problema porque esta industria no se dedica a la electricidad sino a otras cosas”, afirma González. 

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