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El "Black Friday" sólo llena las grandes cadenas de la región

El pequeño comercio de la región se ve arrastrado a rebajar sus productos sin lograr un notable incremento de las ventas

Numerosos clientes se dispone a entrar en una tienda de moda del centro de Oviedo, ayer. Irma Collín

"Todo se lo están llevando las grandes cadenas. Al pequeño comercio nos dejan muy poco". Carmen García, dueña de una tienda de ropa en el centro de Oviedo, no cree que el "Black Friday", que comenzó oficialmente ayer, le vaya a reportar muchos beneficios. Es el sentir generalizado entre los dueños de otros negocios de proximidad de la capital asturiana que, pese a todo, han colgado carteles de "Black Friday" en sus escaparates, con descuentos que oscilan entre el 10% y el 50%. Algunos iniciaron las rebajas el día 14 y las finalizan el miércoles que viene. Otros comenzaron ayer y mantendrán ofertas hasta principios de diciembre. En algunas tiendas sólo durará este fin de semana. El "Black Friday" es una fecha cada vez más elástica.

"Lo hago porque es una moda que lleva varios años, pero no me gusta nada: para el pequeño comercio es una ruina", sentencia Ana María Llera, con otro establecimiento de ropa en la zona céntrica de Oviedo. Su argumento es que "las grandes cadenas sacan sus ‘stocks’ de ropa de otras temporadas que no lograron vender, pero yo tengo que sacar ropa de temporada, y no me hace especial gracia ponerla de oferta". En su caso, sus camisetas, jerseys y sudaderas tienen una rebaja del 10%.

Rubén de Francisco, que regenta una zapatería con productos entre un 10% y un 30% más baratos el fin de semana, señala que las ventas en el mes de noviembre "han sido más flojas que las del año pasado", y que aún "está por ver" si el "Black Friday" insufla un poco de vitalidad al negocio.

La sensación es más positiva en una destacada cadena de ropa de la misma calle. Cuando aún no había dado la una del mediodía, el responsable de la tienda, Diego Menéndez, había ingresado ya un 40% de las ventas del "Black Friday" de 2021. "Mi sensación es que hay más gente comprando que el año pasado y, además, después de una semana de lluvia, ha hecho buen tiempo", destaca.

La misma buena sensación había en otra gran firma de moda que ofrece descuentos del 40% hasta el 8 de diciembre. En su interior, desde luego, cundía el bullicio y se formaban colas de hasta una docena de personas. "Estamos vendiendo mucho más que el año pasado, sólo hay que mirar cómo está esto de lleno", indica una empleada.

Nuria Fernández, dueña de tienda de calzado para mujeres, es una "rebelde" y no ha colgado ningún cartel de "Black Friday" en su tienda. Su local está rodeado por cuatro negocios con letreros del famoso "viernes negro", pero ella resiste. "Esto es una moda importada aquí desde muy lejos. Allí sí tiene sentido, pero aquí no. Somos españoles, no estadounidenses o ingleses", lamenta. En su opinión, "el ‘Black Friday’ nos afecta a todo el comercio porque paraliza a la gente durante toda la semana". "Hoy mismo me llegaron unas botas, ¿cómo las voy a vender ya con descuento?", dice. No obstante, su resistencia le ha procurado algún beneficio. "Esta mañana he recibido a dos clientas que en un principio iban a comprar en Reyes, pero querían venir a apoyarme justamente hoy", afirma orgullosa.

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