Asturias gastó de media 203,1 euros por habitante en investigación y desarrollo (I+D) en 2021, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La cifra sitúa a la región en el sexto puesto por la cola de España, sólo por detrás de Canarias, Baleares, Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía. Para la patronal FADE, Asturias está "muy alejada de las comunidades autónomas más punteras y con un mayor gasto por habitante" como han sido País Vasco (765,5 euros), Madrid (670,4) y Navarra (591,9), "e incluso por debajo de la media nacional", fijada en 363,7 euros. Por su parte, la Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad señala que la estadística del INE "refleja una línea ascendente muy importante para Asturias, ya que para acercarnos a la media española en inversión se necesita tiempo para que la política de incentivos en I+D+i permee al ecosistema".
En total, la región destinó 204,17 millones de euros a I+D el año pasado, un 5,4% más que en 2020, cuando buena parte de la actividad empresarial sufrió la parálisis de la pandemia. FADE sostiene que aunque ese crecimiento es "muy positivo" porque "se frena la caída registrada en 2020 y se vuelve a la senda de aumento que se venía registrando en años anteriores", Asturias "no ha crecido al ritmo de otras comunidades autónomas, que han podido aprovechar de mejor forma el empujón que han supuesto los fondos de recuperación".
La patronal destaca que el gasto de las empresas en innovación aumentó un 4% respecto a 2020, alcanzando los 108,62 millones de euros. Se trata de una cifra superior a los 99 millones que se desembolsaron en 2008, año del estallido de la crisis financiera. Sin embargo, FADE subraya que, aunque el gasto en I+D tanto de la Universidad como de la administración pública asturiana también crecieron en 2021 (la primera un 4,25%, hasta 66,1 millones; la segunda, un 14,5%, hasta los 29,5 millones), el volumen de ambas partidas aún es inferior al nivel precrisis.
Y, aunque la inversión exclusivamente empresarial haya superado las cuantías que se manejaban antes del "crack" financiero, FADE reconoce que su peso sobre el total del gasto en I+D, del 53%, está lejos del que mostraba antes de la pandemia de covid. Así, en 2018 el porcentaje era del 60%, y en 2019, del 58%. Según explican desde la patronal, "la influencia de la pandemia y la situación geopolítica actual en la evolución de la inversión empresarial parece la explicación más factible, así como el incremento de los fondos públicos en I+D gracias al impulso de los fondos Next Generation". FADE lamenta que ese peso del 53%, "aunque similar al que se recoge a nivel nacional, nos aleja de los dos tercios de inversión que, según los cánones internacionales, el sector privado debería aglutinar".
Por su parte, desde la Consejería de Ciencia aseguran que los datos del INE "reflejan una tendencia al alza en los últimos años, y especialmente esperanzadora en 2021". Con todo, el departamento llama a esperar a mediados de diciembre, cuando se publicarán los datos de PIB regionales a precios de mercado, "y podremos ver si esto se traduce en una mayor ratio de inversión en I+D respecto al PIB".
"Las políticas impulsadas estos últimos años están comenzando a dar sus frutos y confiamos en que instrumentos como la agencia de ciencia y un centro tecnológico multifocalizado serán herramientas clave para que el porcentaje del PIB dedicado a I+D se incremente paulatinamente", aseguran desde Ciencia.