La Seguridad Social abona cada mes 9,7 millones de pensiones contributivas en toda España. Unas nóminas que son el sustento de los jubilados y en algunas ocasiones -especialmente en momentos de crisis- también de sus hijos y nietos. El Estado reconoce y paga dichas prestaciones o subsidios después de décadas cotizadas, pero son las entidades bancarias las que se las abonan cada mes a los pensionistas. Cada banco tiene sus propias fechas de pago, aunque habitualmente convergen entre los días 23 y 25 de cada mes, dependiendo de si hay festivos o días no laborables de por medio.

Sin embargo, hay un tipo de pensión que verá aumentado su ingreso para el año 2023. Estamos hablando de las pensiones no contributivas. Esta medida también se aplica a las personas beneficiarias de la pensión no contributiva de invalidez.

Fuentes consultadas de Banco Santander, Caixabank y BBVA explican que dichas entidades bancarias procederán a pagar las pensiones del mes de octubre entre los días 23, 24 y 25 del mismo mes, por este orden. En los últimos años se ha convertido en una práctica habitual que los bancos adelanten los pagos unos días antes del vencimiento del mes, para así agilizar los mismos y que los pensionistas puedan disponer antes de su dinero. Y dicha práctica se consolidó con el covid para minimizar los desplazamientos físicos a oficinas y así reducir los posibles contagios. Algunos bancos en fechas anteriores han llegado a adelantar los pagos hasta el día 21 o 22 del mes, ello ya depende de la organización de cada entidad y del calendario y sus fines de semana.

Las fechas de cobro pueden cambiar en el caso de que el pensionista sea 'novato' y cobre por primera vez su prestación por parte de la Seguridad Social. En dicho supuesto la fecha de abono cambia y, independientemente del banco al que el pensionista pertenezca, cobrará la primera paga el último día hábil del mes, siempre que no sea fin de semana o coincida con un festivo nacional.

Ajuste anual de las pensiones al IPC

El nuevo mecanismo fijado en la reforma de pensiones establece que el 1 de enero de cada año se incrementarán de acuerdo con la inflación media anual registrada en el ejercicio anterior, en tanto que se congelarán en caso de que se registre un índice de precios de consumo (IPC) negativo. Para Escrivá, con la reforma de pensiones puesta en marcha, el país pasa de “un marco que ponía el énfasis en los recortes a otro que garantiza el poder adquisitivo”, dando así “certidumbre absoluta a los 11,5 millones de pensionistas que saben que sus pensiones se revalorizarán con la media de la inflación en noviembre”.

Escrivá avanzó también que la Seguridad Social cerró 2021 con un déficit equivalente al 1% del PIB, dos décimas por debajo de lo previsto, y prevé que se reduzca al 0,5 % en 2022.