La nueva amenaza a las pensiones: comienza la jubilación de 80.000 "baby boomers" asturianos

El naveto Raúl Viado cumplió ayer 65 años. Eso significa, entre otras cosas, decir adiós a la empresa embotelladora de agua a la que ha dedicado 49 años de su vida. Allí entró en 1974, cuando era un adolescente. "Me acuerdo del sueldo que gané el primer mes: 3.500 pesetas. Trabajé 58 horas extraordinarias", asegura Viado, dotado de una memoria de elefante. Su compañero Avelino Pruneda hará lo mismo el próximo 4 de abril, cuando se retirará definitivamente después de haber estado los últimos cuatro años con un contrato relevo. "Ya hace tiempo que tenía ganas de jubilarme", confiesa.

Viado y Pruneda pertenecen a la generación del "baby boom", aquellos nacidos entre 1957 y 1977, cuando en España se produjo una explosión de natalidad de unos 14 millones de bebés al calor del desarrollo económico en la segunda mitad del franquismo (en el resto de Europa, ese fenómeno había tenido lugar tras la Segunda Guerra Mundial). En dicho período, en Asturias nacieron casi 323.000 niños, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En la primera oleada del "baby boom", entre 1957 y 1961, hubo unos 80.000 alumbramientos en la región. Son esos niños los que ahora empiezan a finalizar sus trayectorias profesionales, lo cual aumentará aún más las tensiones financieras del sistema público de pensiones, amenazado por varios factores: una esperanza de vida cada vez mayor, menores cotizaciones sociales y, sobre todo, un declive demográfico que en Asturias adquiere dimensiones dramáticas. "La gente joven tendrá que buscarse alguna manera de financiarse su pensión, porque las arcas del Estado lo tienen cada vez más difícil", admite el propio Pruneda.

Avelino Pruneda, jubilado de Nava: "La gente joven tendrá que buscarse alguna manera de financiarse su pensión porque las arcas del Estado lo tienen cada vez más difícil"

Para garantizar que los "baby boomers" no pierdan poder adquisitivo y recaudar 40.000 millones de euros para el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, acaba de entrar en vigor el llamado Mecanismo de Equidad Intergeneracional, que en principio durará diez años y que funciona como una cotización adicional. Este sistema, que ya se ha notado en las nóminas de enero, sustituye al Factor de Sostenibilidad, aprobado por el Gobierno del PP, que pretendía calcular la pensión en función de la esperanza media de vida de los españoles y del estado de los ingresos públicos.

El nuevo Mecanismo de Equidad consiste en descontar un 0,6% del salario de los trabajadores: el 0,5% lo paga la empresa y el 0,1%, el empleado. Por ejemplo, en el caso de un salario bruto de 2.000 euros al mes, la cotización extra supone 12 euros, de los que 10 los abona la compañía.

Aún hay una parte de la reforma del sistema de pensiones pendiente de aprobación, la que se refiere al aumento de las bases máximas de cotización –que incrementará las pensiones más altas– y la ampliación de 25 a 30 años del periodo de cálculo de la prestación.

Raúl Viado, naveto jubilado: "Me acuerdo del sueldo que gané el primer mes: 3.500 pesetas. Trabajé 58 horas extraordinarias"

Mientras tanto, en España el gasto en pensiones continúa disparado, más aún con la revalorización del 8,5% introducida para compensar la elevada inflación desatada en el último año. En enero se ha alcanzado en todo el país la cifra récord de 11.900 millones de euros, casi un 11% más que en el mismo mes de 2022. En Asturias se prevé que en 2023 el desembolso supere los 5.800 millones, 465 millones más que el año pasado y una cifra que casi alcanza la de todo el Presupuesto del Principado.

Un reciente estudio del Banco de España asegura que la tasa de beneficio del sistema de pensiones (es decir, la relación entre la prestación media sobre el salario medio) es la tercera mayor de la Unión Europea, por detrás de Grecia e Italia.

El informe también indica que España es el séptimo país europeo con mayor gasto en pensiones respecto al PIB, pero que, dada la evolución demográfica, en 2050 ascenderá al segundo puesto, sólo tras Grecia. Si actualmente hay 9 millones de pensionistas en España –unos 275.000 en Asturias–, se calcula que en 2050 serán 15 millones.

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