Royal A-ware será la tercera láctea extranjera con factoría en Asturias

La planta de Salas, comprada anteayer a Danone, va a ser la segunda del grupo holandés dedicada a producir queso mozzarela con leche de vaca

Con la adquisición el viernes de la factoría de Danone en Salas por el grupo holandés Royal A-ware, Asturias mantendrá la implantación industrial de tres multinacionales extranjeras en el sector lácteo regional.

Royal A-Ware se suma a la compañía suiza Nestlé, con una factoría de derivados lácteos en Sevares (Piloña) –además de la de platos preparados Litoral en Gijón–, y a la francesa Savencia, propietaria de la compañía asturiana Arias, con un centro productivo en Vegalencia (Ribera de Arriba).

Danone.

La desinversión de Danone, con el cierre en diciembre de su factoría salense tras 41 años de actividad fabril y ahora con su venta a Royal A-Ware, no implicará la plena desvinculación de Asturias por la multinacional francesa fundada en Barcelona. Con independencia de que Danone anunció en mayo el mantenimiento de la recogida de leche a los 40 ganaderos asturianos (fundamentalmente de Salas, Tineo y Las Regueras) que eran proveedores de materia prima para su factoría, el grupo seguirá siendo receptora de producto lácteo asturiano por los acuerdos que mantiene desde hace años con la factoría de Industrias Lácteas Asturianas (Ilas) en Anleo (Navia).

Otra multinacional francesa, Lactalis, líder en España como grupo lácteo y dueña de las marcas President, Puleva, Lauki, Ram, El Castillo y otras) recoge leche ecológica en algunas ganaderías asturianas.

En el pasado Asturias contó con presencia industrial de otras corporaciones lácteas extranjeras. Fue el caso de la estadounidense W. R. Grace cuando se hizo con la propiedad de Arias; de la francesa Fromagerie Bel, que fue dueña de una planta en Brieves (Luarca) adquirida a Nestlé, y de la también gala Union Laitière Normande (ULN), que asumió la propiedad de la gijonesa Lagisa cuando adquirió la catalana Celbasa-Ato.

La presencia de grupos industriales lácteos extranjeros en España es significativa, pero la industria lechera sigue siendo en el país –como ocurre en Asturias– de predominio mayoritariamente autóctono.

Además de Lactalis –un grupo que fue dirigido desde su llegada España por sucesivos directivos asturianos, al igual que ocurre hoy con Savencia–, la portuguesa Lactogal se implantó en Galicia con la compra de Leche Celta, la suiza Emmi se hizo fuerte en la vasca Kaiku, la estadounidense Rich Products Corporation participa junto al grupo español Ken en la gallega Inleit, y la tambien estadounidense Schreiber opera la antigua fábrica de Danone en Canarias.

Salas.

La factoría de Salas, que hasta el año pasado fabricaba quesos frescos –entre ellos el Danonino, antiguo Petit Suisse–, panacota y postres –entre ellos, un flan de queso con receta asturiana–, será reconvertida por Royal A-ware para la producción de quesos frescos de tipo mozzarella elaborados con leche de vaca. La de Salas será la segunda factoría de la multinacional que se dedique a este producto, que Royal A-ware –con una amplia cartera de tipos diferentes de queso– comenzó a elaborar 2020. Royal A-ware dijo el viernes que Salas producirá el queso para el mercado internacional, por lo que pasará a ser una factoría con un enfoque muy exportador.

El planteamiento del grupo –según manifestó anteayer su consejero delegado, Jan Anker, y confirmaron otras fuentes conocedoras– es acometer una inversión en las instalaciones para potenciar la capacidad productiva de la fábrica salense, lo que conllevará la creación de empleo. La planta daba trabajo hasta diciembre a 79 personas fijas más algunos eventuales en determinados periodos del año.

Un profesional con experiencia en el sector indicó que, al margen de la voluntad de Rotal A-ware de potenciar la fábrica, su adaptación para la nueva línea de producto obligará a cambiar solo el utillaje del segundo tramo del proceso de transformación de la leche, dado que la fase de primera transformación es común para todas las fábricas lácteas con independencia de la gama de producto final a la que se dediquen.

La readaptación de la fábrica, que obligará a retrasar a 2024 su vuelta a la producción, está motivada por el tipo de derivado lácteo al que el comprador quiere dedicarla y también a una de las condiciones estipuladas en la venta. Danone impuso a los aspirantes a comprar la fábrica dos condiciones, según fuentes conocedoras: que la factoría no reanudase la producción de Petit Suisse para no competir con el grupo vendedor y que el nuevo propietario garantizase un nivel de ocupación fabril "importante", de modo que se asegurase la continuidad de la actividad industrial. Esta exigencia parece que disuadió a alguno de los pretendientes que habían mostrado interés por la factoría. Medios al tanto de la operación expresaron su convicción de que Danone temía que la planta pudiera caer en manos de grupos sin verdadero interés industrial y que la operación resultase fallida, frustrando las expectativas de Salas y de los trabajadores, parte de los cuales –hubo traslados, jubilaciones y despidos pactados– podrán tener ahora prioridad en el regreso a sus antiguos empleos.

En este sentido, un experto en la industria láctea sostuvo bajo peticiónde anonimato que la solución que finalmente encontró Danone "es buena para todos" y avaló la reputación del comprador: "Otras opciones hubiesen podido ser lesivas para Asturias y para Salas", comentó.

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