VETO AL CRUDO RUSO

El rey español de los oleoductos ve imposible evitar las ‘trampas’ de Rusia para sortear las sanciones

La antigua CLH exige a los importadores una declaración responsable sobre el origen del combustible y admite que en 2022 impidió la entrada de barcos con crudo prohibido

Instalaciones de transporte de hidrocarburos del grupo Exolum.

Instalaciones de transporte de hidrocarburos del grupo Exolum. / EXOLUM

David Page

La Unión Europea ha ido armando durante el último año un sistema de sanciones económicas y comerciales contra Rusia para golpear sus ingresos y entorpecer la financiación de la invasión militar de Ucrania por parte del Kremlin. Entre las medidas impuestas por los Veintisiete se incluye el veto a las importaciones de petróleo procedentes de Rusia y más recientemente, desde hace tres meses, también al diésel ruso.

La UE ha cortado en seco las compras directas de hidrocarburos rusos, pero el Gobierno de

y las energéticas del país han activado diferentes atajos para intentar sortear las sanciones. La Comisión Europea y el Gobierno español han lanzado una investigación y han reforzado los controles para evitar la importación de combustibles rusos, tras la denuncia pública lanzada por Repsol, la mayor petrolera española, de que seguían entrando al mercado español pese al veto oficial.

La española Exolum, el mayor grupo europeo en el negocio del transporte y almacenamiento de hidrocarburos y que tiene un papel totalmente clave en el control de la entrada de combustible al mercado español, descarta por completo que estén llegando directamente a España petróleo y diésel rusos, pero reconoce que es imposible evitar todas las trampas del Kremlin para seguir exportando hidrocarburos a la UE a través de países intermediarios.

“Seguro que a día de hoy no está entrando producto ruso al sistema español de manera directa. Los barcos que entran cumplen con las sanciones”, subraya el consejero delegado de Exolum, Jorge Lanza. “Otra cosa es que Rusia exporte petróleo, por ejemplo, a Turquía y que allí se mezcle en las refinerías y acaben entrando en la UE moléculas rusas (…) Una vez que se mezcla, ya es producto turco. Y Turquía no está afectada por las sanciones. Es legal”.

“Poco más podemos hacer”

Desde Exolum, el rey español de los oleoductos y de los tanques de crudo y combustibles, se da por inviable dar garantías totales de que no entren en el país de manera indirecta hidrocarburos rusos. “Las sanciones llegan hasta donde pueden llegar. Vigilamos la bandera del barco que transporta y el origen de donde sale el producto, pero no se puede seguir [el producto] varios pasos atrás. Poco más podemos hacer”.

El CEO de la antigua Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH), rebautizada como Exolum hace un par de años, subraya que la compañía ha establecido una exigencia adicional para evitar la entrada de hidrocarburos rusos, mediante el requerimiento de una declaración responsable de las compañías importadoras sobre el origen del producto que comercializan. La compañía reconoce que durante 2022 llegó a vetar la entrada de algunos barcos que trataban de hacer llegar al mercado español hidrocarburos prohibidos.

Del covid a la guerra

Para Exolum 2022 ha sido un año en que su actividad ha estado marcada por el relanzamiento de la actividad por la salida de la pandemia de covid -que hizo estragos en sus cuentas en ejercicios previos- y, al tiempo, por el reto de absorber los grandes cambios en las cadenas de suministro de combustible como consecuencia precisamente de las sanciones impuestas por la UE a los combustibles rusos.

En el año de transición desde el fin de las restricciones por el covid al transporte y el turismo al golpe de la guerra, Exolum consiguió elevar casi un 31% su beneficio neto anual, hasta alcanzar los 280 millones de euros. Según desveló el CEO del grupo en un encuentro con la prensa, el resultado bruto de explotación (ebitda) de la compañía alcanzó un récord de 553 millones el año pasado, un 13,2% más que en 2021, y los ingresos alcanzaron los 944 millones, un 10,7% más.

La antigua CLH ha destinado al reparto de dividendo a sus accionistas -los fondos CVC (24,8%), Omers (24,6%), Macquarie (19,9%) o Credit Agricole (9,9%)- un total de 257 millones de euros, aún por debajo de las magnitudes previas a la pandemia, pero que supone destinar el 92% de las ganancias del grupo. Las inversiones alcanzaron los 100 millones de euros, en línea con los años anteriores pero con la intención de elevarlas en los próximos ejercicios.