Asturias concentra 1.182 balsas y escombreras, de las que 121 están activas

Cangas del Narcea es el concejo con más emplazamientos | El censo ayudará a la reutilización y aprovechamiento industrial de los materiales depositados

Escombrera en Mieres

Escombrera en Mieres / LNE

Asturias cuenta con 1.182 balsas y escombreras que acumulan materiales residuales de la minería, la industria y la obra civil, de las que 1.061 están abandonadas y 121 siguen activas porque se aprecian en ellas indicios de depósitos recientes, según un inventario realizado por el Instituto Geológico y Minero de España y la Fundación Barredo para la Consejería de Industria y Empleo del Principado y que fue presentado ayer. El censo pretende contribuir a la evaluación de los recursos acumulados en estos lugares que pudieran ser susceptibles de su aprovechamiento como recurso por la industria en un proceso de economía circular.

El 92% de estos emplazamientos (1.095) son escombreras, en las que se acumulan materiales estériles procedentes de minería metálica y energética, y yacimientos de rocas y minerales industriales, así como subproductos originados por industrias de transformación y la obra civil. Las balsas contabilizadas, que acogen residuos mineros junto con agua y materiales en suspensión, suman 87 en el conjunto de la región.

Pese a que la tradición de la minería del carbón (la más relevante en Asturias en el último siglo y medio) se desarrolló en el Suroccidente con mucha más tardanza que en la cuenca central, Cangas del Narcea, con casi 140 emplazamientos (más del 11% del total), es el municipio con más localizaciones, seguido por Mieres, con más de 100, y Quirós, con 70. Inmediatamente por detrás se sitúan Langreo y Lena, con 60. Estos cuatro últimos concejos, ubicados en las cuencas del Caudal y del Nalón, son municipios con larga tradición minera, sobremanera hullera. Tineo y Aller también rebasan el medio centenar de localizaciones.

La minería carbonera es el origen mayoritario de estas concentraciones de vertidos: suma 647 balsas y escombreras (54,73% del total), seguida por la minería de rocas y minerales industriales (266) y minería metálica (208). Mucho menos relevancia tienen los depósitos procedentes de residuos de la obra civil (37), metalurgia (23) y procesos industriales (1).

El mapa de los residuos dibuja una gran concentración en el área central (el llamado "ocho" asturiano), que es donde se da toda la variedad de las actividades que originaron estas acumulaciones. Le siguen por relevancia parte del suroccidente, con especial predominio de los restos con orígenes en la minería energética, y el oriente, con hegemonía de los residuos procedentes de explotaciones de minería metálica.

Por tipo de explotación, 685 de los enclaves censados se nutrieron de estériles y materiales procedentes de explotaciones de interior, seguidas por minas de exterior (391), minería mixta (80), siderurgia (17), metalurgia (6) e importaciones (3).

En el caso específico de las escombreras, que son el tipo de depósito más abundante, también son más frecuentes en Cangas del Narcea, donde se hallan casi 140, seguido por el concejo de Mieres, con 115; Quirós, con más de 70, y Tineo con 60. El grueso de las escombrera proceden de la minería carbonera: más de 350 tienen su origen en explotaciones hulleras y más de 250, en minas de antracita. Cerca de un centenar se originaron por explotaciones de mineral de hierro, unas 60 son de caolín y 50, de fluorita. Hay más de una veintena de tipos de minería como origen de estas concentraciones de residuos.

El 38,57% de las escombreras (456, incluidas las que están activas) están sin restaurar. En el resto, la restauración se ha hecho por colonización vegetal natural (497), por proceso de revegetación con intervención humana (163) y mediante antropización: sobre ellas se han levantado construcciones públicas o privadas, vías de comunicación o parques de recreo.

Del total, 571 escombreras se hallan en laderas, 242 en zonas exentas, 202 en áreas independientes en zonas llanas, 64 aprovechan antiguos huecos mineros y 12 están en divisorias.

El estudio se ha hecho mediante el "software" Arcgis, que permite recopilar, tratar y administrar los datos y recurrir a la geolocalización geográfica de los activos.

Con este informe, Asturias se anticipa a la normativa comunitaria, según la directora general de Energía, Minería y Reactivación del Principado, Belarmina Díaz. "En un entorno que promueve la circularidad mediante el aprovechamiento o reutilización de activos y materiales, debemos identificar los recursos minerales disponibles que pueden ser interesantes, de forma que un residuo pueda acabar convirtiéndose en un activo económico para la comunidad", señaló Díaz.

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