Los motivos por los que la industria cárnica de Asturias está en mínimos históricos

El sector, que da empleo a 1.500 personas, arrastra dificultades desde hace años

Los motivos por los que la industria cárnica de Asturias está en mínimos históricos

Los motivos por los que la industria cárnica de Asturias está en mínimos históricos

Yago González

Yago González

Las secuelas de la pandemia, con su impacto en el sector hostelero, el progresivo cierre de empresas por la falta de relevo generacional y la escalada de los costes energéticos y de los precios de las materias primas en los últimos años –especialmente tras la guerra de Ucrania–, han deprimido a la industria cárnica de Asturias hasta los peores niveles de actividad desde que hay registros. Según los datos de la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei), el sector de la carne alcanzó una producción de 40.202,2 toneladas en 2022. Es una caída del 2,7% respecto al año anterior y del 11,6% frente a 2020. Pero, sobre todo, es la cifra más baja desde al menos 1990, año más remoto en las estadísticas de Sadei. Hace una década que el sector no supera el umbral de las 60.000 toneladas y, desde entonces, la tendencia ha sido decreciente, salvo los años inmediatamente anteriores al covid.

La actividad cárnica de la región (y sus correspondientes subsectores como el despiece, la curación, la chacinería o los platos elaborados) está formada por unas 90 empresas que dan empleo a 1.500 personas y generan una facturación anual superior a los 100 millones de euros. De los distintos productos fabricados en el Principado el año pasado, sólo aumentaron los fiambres, un 10,4% en tasa interanual. El mayor desplome se dio en los productos curados: -9,3%.

El sector lleva varios años atravesando dificultades, incluso desde antes de la pandemia. Las empresas tuvieron que encarar un pronunciado aumento de precios de los suministros (en particular, del cerdo) por el exponencial crecimiento de la demanda procedente de China. Los costes llegaron a duplicarse en 2019, provocando en Asturias una "crisis del compango" para las compañías que elaboraban derivados del porcino. La irrupción del covid, que paralizó temporalmente los intercambios comerciales, dio un cierto respiro al sector.

No obstante, los cierres de la hostelería en distintos momentos de la pandemia golpearon a la producción cárnica asturiana, especialmente en su segunda oleada, que fue muy virulenta en la región. Conforme las restricciones se fueron suavizando, el sector fue recuperando fuelle, aunque los empresarios cárnicos han asegurado en diversas ocasiones que los "coletazos" de la crisis sanitaria aún se notan en sus cuentas.

Los precios del ganado "están por las nubes" por el pienso y los cereales, señalan en los mataderos

El año en el que los problemas se redoblaron fue 2022. En primer lugar, por la invasión rusa de Ucrania en febrero, que disparó los precios de la energía y de productos básicos para alimentar las reses. A esa circunstancia se sumó la huelga de transportes de marzo, que dificultó los abastecimientos. "Hace más o menos un año que los precios del ganado están por los aires, sobre todo por el aumento de los cereales y los piensos", aseguró Luis Alberto Sánchez, "Panero", gerente del Matadero Central de Asturias, ubicado en Noreña.

José Severino Monte, gerente de embutidos El Hórreo, añade que los costes energéticos "han llegado a triplicarse y cuadruplicarse, pero no se pueden repercutir al cliente de golpe, sino paulatinamente, lo cual va estrechando los márgenes". Monte indicó que el encarecimiento de las materias primas ha contagiado a toda la cadena productiva: "En el primer trimestre, los despieces han subido hasta un 30%". Otras mercancías, como la canal de cerdo (el cuerpo del animal una vez sangrado y eviscerado), cuesta un 65% más que hace un año, y piezas como la panceta o la papada, esenciales en la elaboración de chorizo y morcilla asturiana, lo han hecho un 70%.

Monte también apunta al cierre de empresas y a la falta de reemplazo generacional como causa de las bajas tasas productivas, así como a "la concentración de las grandes empresas, que dificulta que las pymes ganen cuota de mercado".

Desde la Asociación de Industrias Cárnicas (Asincar) aseguraron que "se están analizando los motivos" del descenso de la producción del sector.

Suscríbete para seguir leyendo