El Consejo de Administración de Unicaja Banco ha acordado esta tarde por unanimidad el cese del asturiano Manuel Menéndez como consejero delegado de la entidad tras llegar a un acuerdo para su salida.
Unicaja ha informado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que el cese se produce "con el objetivo de avanzar de manera más ágil y eficaz en la definición del modelo de gobernanza del banco conforme a las previsiones del proyecto común de fusión entre Unicaja Banco y Liberbank". La salida del cargo de consejero delegado de Manuel Menéndez Menéndez será efectivo cuando se nombre consejero a quien se designe para sucederle en dicho cargo, momento en el que será efectiva, además, la dimisión de Manuel Menéndez Menéndez como miembro del Consejo de Administración, "garantizándose así la plena funcionalidad de la dirección de la entidad hasta dicho nombramiento, iniciándose de inmediato el proceso para la selección y posterior designación del nuevo Consejero Delegado"
El Consejo de Administración acordó también agradecer a Manuel Menéndez Menéndez "su dedicación y servicios prestados" a la entidad.
Unicaja Banco ha pactado la salida de su consejero delegado justo antes de que tuviera que reevaluarse su continuidad en el puesto con más funciones. Unicaja ha acelerado el proceso de renovación de su primer nivel ejecutivo y no ha aguardado a fines de julio, que es cuando vence el plazo de dos años desde la integración de Liberbank para determinar la nueva configuración de la presidencia, que ahora ocupa el malagueño Manuel Azuaga, y para revaluar la continuidad o no del asturiano Manuel Menéndez como consejero delegado, que si era ratificado asumiría, según los protocolos de la fusión, todos los poderes ejecutivos, incluidos los que hasta ahora venían desempeñando el presidente.
La Fundación Bancaria Unicaja, máximo accionista del banco, convocó esta tarde una reunión de su patronato para tomar la decisión y después lo hizo el consejo del banco.
La figura de Menéndez ha estado muy cuestionada desde sectores directivos influyentes del sector malagueño, disconformes desde los pactos de diciembre de 2020 con que un directivo del banco absorbido en la fusión (el asturiano Liberbank), pudieran asumir el máximo puesto ejecutivo del grupo fusionado y asumiese todos los poderes una vez que la figura del presidente perdieran los suyos de acuerdo con los códigos de buen gobierno corporativo que el Banco Central Europeo (BCE) está impulsando en el sector bancario. La gran pugna desencadenada desde 2021 por cambiar la correlación de fuerzas en el patronato de la Fundación Bancaria Unicaja, con el relevo de su presidente, Braulio Medel, por José Manuel Domínguez aceleró los cambios en el consejo de administración del banco, lo que, sumado a la cascada de dimisiones de vocales independientes, debilitó el respaldo del consejero delegado. A ello su sumó la posición de los sindicatos, descontentos con el clima laboral, que atribuyeron a Menéndez, aun cuando la dirección de recursos humanos depende directamente del presidente y no de consejero delegado según el reparto de funciones que se pactó en 2020, siete meses antes de que se consumara la fusión en julio de 2021.
Unicaja Banco es la quinta entidad financiera española. La crisis institucional que ha rondado en torno a Unicaja en los últimos años tiene como origen lo que desde el bloque de Málaga se consideró una inversión de la ecuación de canje pactada cuando la entidad absorbió en 2021 a Liberbank -de origen asturiana-, que consistía en una mayoría de la primera entidad sobre la segunda. El papel de Manuel Menéndez es lo que centra las miradas y la Fundación Bancaria Unicaja ya dio un aviso al abstenerse en la aprobación de la gestión del consejo de administración durante la junta de accionistas.