La dilución bancaria regional

El cese de Menéndez en Unicaja debilita el peso de Cajastur en el grupo y agudiza el fin del antiguo poderío asturiano en el sector

Sede de Cajastur en Oviedo antes de serlo de Liberbank y ahora de Unicaja. | Luisma Murias

Sede de Cajastur en Oviedo antes de serlo de Liberbank y ahora de Unicaja. | Luisma Murias / Javier Cuartas

Unicaja Banco, con sede en Málaga, es la gran excepción a la tesis y evidencia histórica de que en España el poderío bancario ha estado mayoritariamente en el norte y en Madrid, aunque en la capital española también hubo una influencia muy relevante de las burguesías norteñas.

La práctica desaparición de la capacidad decisoria asturiana en Unicaja Banco, sexto banco español, tras el cese pactado de su consejero delegado, el asturiano Manuel Menéndez (Salas, 1959), contra cuya continuidad se había conjurado el capital malagueño, supone el último paso en el desdibujamiento del protagonismo asturiano en el sector bancario. El interés regional estará representado en Unicaja desde ahora solo por el consejero de la Fundación Bancaria Cajastur (Felipe Fernández), y ello mientras otros inversores con mayor porcentaje en el capital no reclamen su entrada en el consejo o no se produzcan ampliaciones de capital o fusiones que diluyan la participación si Cajastur no estuviese en condiciones de mantener su peso.

La gran convulsión vivida por las cajas de ahorros, con sus integraciones desde la crisis financiera de 2008, su forzada conversión por ley en bancos y las fusiones de los grupos resultantes (el resto del sector también vivió una concentración significativa) llevó a reducir las 45 cajas entonces existentes a solo cuatro grupos (Caixabank, Unicaja Banco, Kutxa Bank e Ibercaja Banco), amén de dos únicas cajas supervivientes (Caixa Pollença y Caixa Ontiyent), ambas de ámbito local o comarcal.

Con la excepción de las dos cajas rurales regionales (que son cooperativas de crédito), el sector bancario asturiano autóctono ha desaparecido o pervive como marca comercial dentro de grupos nacionales. El primer caso lo siguieron el Banco de Gijón, el Banco Asturiano de Industria y Comercio, la Banca Masaveu, el Banco de Asturias, el Banco Gijonés de Crédito, el primer y segundo Banco de Oviedo, la Banca Sela, la Banca Trelles, la Banca Castelao, el Banco de Siero, el Banco Minero e Industrial de Asturias y casas de bancas como Juliana, Maribona y otras, e incluso aquellos bancos nacionales con posición muy relevante –e incluso de dominio– del capital asturiano, como los bancos Hispano Americano, Central, Ibérico, primer Banco de Madrid, Banesto, Crédito Industrial y Alcalá, y los bancos regionales de origen o dominio asturianos, como Murciano, Valencia, Andalucía, Cartagena y Granada-Jerez, entre otros. En el segundo supuesto (continuidad de la marca) está el Banco Herrero.

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