Empresas
EiDF utiliza un informe de KPMG Abogados para rechazar las acusaciones de fraude de Deloitte
La consultora elaboró un forensic en julio en el que apuntaba a diversas irregularidades cometidas por la fotovoltaica presidida por Fernando Romero

Instalación de autoconsumo de EiDF.
Celia López
EiDF, compañía gallega de instalaciones para el autoconsumo solar, vuelve a la carga. La empresa ha remitido al operador Bolsas y Mercados Españoles, que ordena el funcionamiento del índice BME Growth en el que cotiza el grupo, una nota en la que utiliza un informe de KPMG Abogados para desmentir las irregularidades que el forensic de Deloitte encontró en la empresa el pasado mes de julio.
El informe elaborado por la consultora Deloitte, cuyas conclusiones fueron reveladas el pasado 24 de agosto, después de que la compañía hubiera estado suspendida de cotización más de cuatro meses en el BME Growth, destinado a las pymes en crecimiento, por no publicar a tiempo las cuentas. Deloitte insistía en que había detectado al analizar los números de la empresa "evidencias del posible falseamiento de documentos". Este auditor afirmaba que se habían detectado "evidencias de posible falsificación de contratos y documentos elaborados por parte de los responsables de la sociedad", así como numerosas incidencias relativas a facturas y pagos por servicios que podrían no estar justificados.
Ante estas graves acusaciones, la empresa gallega encargó un nuevo dictamen jurídico a KPMG Abogados. Este documento señala que "no existirían elementos suficientes para hacer encaje en tipo penal algunos vigente en ninguna de las conductas descritas en el informe de Deloitte, bien sea por falta de elemento objetivo del tipo, por ausencia total de simulación o inexistencia de vulneración del bien jurídico protegido".
Sin embargo, en opinión de KPMG Abogados, desde un punto de vista contractual y mercantil, "no habría indicios de los que se pueda deducir la existencia de negocios jurídicos simulados, ni de otra forma anómalos".
La empresa gallega, especializada en instalaciones fotovoltaicas para la industria, había registrado un vertiginoso crecimiento en apenas un año. Su valor en bolsa ha llegado hasta los 1.700 millones de euros, superior ya a empresas del Ibex como Sacyr y cercano al valor de firmas como Indra. Era el milagro de Barro, la pequeña localidad pontevedresa donde nació la compañía y vivía su fundador, presidente y CEO, Fernando Romero. Pero todo cambió el 14 de abril. La CNMV decidió suspender la cotización de la compañía ante las discrepancias surgidas entre la empresa y su recién nombrado auditor, PwC, que iban a imposibilitar que las cuentas se firmaran en el plazo legal correspondiente.
Ahora, tras volver a cotizar al haberse publicado las cuentas, EiDF vale menos de 230 millones; los pequeños accionistas (tienen un 13% del capital) han perdido un 87,5% de su inversión; su jefe máximo, Fernando Romero, que controla el 72% de las acciones, ha visto cómo se volatilizaban más de 1.000 millones de su patrimonio. Otro inversor destacado, Alejandro Alorda, de la familia catalana fundadora de Muebles Kettal, que tiene un 7,6% del capital a través de Mass Investments, ha sufrido un duro golpe: su participación valía 131 millones justo antes de que la Comisión suspendiese la cotización de la empresa; ahora vale apenas 17 millones.
Gobierno corporativo y control interno
Deloitte también señaló en su informe forensic sobre EiDF que la empresa debía poner en marcha un plan de actuación para reforzar el gobierno corporativo y los procedimientos de control interno. Pero el nuevo dictamen jurídico publicado este lunes recoge que "la estructura corporativa de EiDF está en constante evolución y adaptación a la normativa vigente" y pone de ejemplo las incorporaciones en el consejo de administración, cuya aprobación ha sido propuesta para la próxima junta de accionistas.
El orden del día de esta cita, que buscará ampliar de nuevo a doce los miembros del consejo de administración, propone la incoporación de Laura Bravo y Tiago Moreira da Silvia como consejeros independientes, así como la incorporación de Guillermo Poch y Laura Zendera como consejeros dominicales.
Guillermo Poch representa a 27 de los inversores iniciales de la compañía y Laura Zendrera al segundo accionista de la sociedad, Mass Investments Ark (sociedad propiedad de Alejandro Alorda), que ha solicitado estar en el consejo y que tiene un 7,61%. Los otros accionistas con más de un 5% son Prosol Energía (administrada por Fernando Romero, presidente de EiDF), que posee el 72,16%, y Memento Gestión (sociedad propiedad de Julio Sergio Palmero), con un 6,63%.
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