Agricultura

Fondos de inversión, grandes inversores y particulares intensifican su desembarco en el campo

Las grandes transacciones de suelo rústico estuvieron protagonizadas por fondos, empresas del sector energético, corporaciones industriales, futbolistas y empresarios

Atitlan y el Banco Santander siguen su expansión tras su alianza para invertir 500 millones de euros en proyectos agrícolas en España y Portugal

Recogida de coliflores en un campo de Elx, en una imagen de archivo.

Recogida de coliflores en un campo de Elx, en una imagen de archivo. / Axel Álvarez

José Luis Zaragozá

Castilla y León, Andalucía, la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha son las opciones más atractivas para quienes buscan diversificar sus inversiones en el mercado de fincas rústicas, sector que ha concluido el año 2024 con un total de 129.965 operaciones de compraventa en territorio nacional, según constata el Informe Cocampo sobre la Inversión en Suelo Rústico (con datos hasta octubre del último ejercicio). Fondos de inversión, grandes corporaciones –tanto nacionales como internacionales– e inversores particulares han apostado por el sector debido a su potencial de rentabilidad a largo plazo

Según esta consultora, el incremento de la demanda global de alimentos –la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que la producción deberá aumentar un 50% para 2050 para satisfacer las necesidades de la población mundial– y la búsqueda de activos refugio frente a la inflación han impulsado la diversificación de las carteras de inversión hacia activos agrícolas.

Según el informe, España, que destaca por sus condiciones climáticas y su diversidad geográfica, siguió siendo una opción atractiva para quienes buscaron diversificar sus inversiones el pasado año. De las citadas 129.965 fincas rústicas, las operaciones se concentraron principalmente en Castilla y León (20.838 operaciones, la mayoría son cultivos de secano), Andalucía (18.833), la Comunidad Valenciana (16.984) -donde predominan las explotaciones hortofrutícolas- y Castilla-La Mancha (15.688), que aglutinaron el 55,7% de las transacciones.

Uno de los actores que apostaron por el potencial del campo español fueron el grupo inversor valenciano Atitlan, de Roberto Centeno y Artiza Rodero, y el Banco Santander. Ambos firmaron una alianza para invertir 500 millones de euros en proyectos agrícolas en España y Portugal, a través de la plataforma Atgro, una sociedad de capital riesgo enfocada en frutos secos y "superfrutas". 

En el ámbito agroindustrial, la valenciana Sanlucar llevó a cabo la compra de 600 hectáreas en Cariñena (Zaragoza), con una inversión inicial de 20 millones de euros destinada al cultivo de arándanos kiwi

Long Walk Farming, fondo de inversión centrado en adquirir tierras para arrendarlas a largo plazo a operadores locales, cerró dos operaciones en la provincia de Cádiz. La primera fue El Alijar, una finca de 374 hectáreas de olivar superintensivo con torres eólicas que generan 10 megavatios, arrendada a largo plazo a Agreeculture. La segunda operación fue Las Pedrizas, una finca de 59 hectáreas de almendros, alquilada a ISFA Gestión para su explotación agrícola.

Por otro lado, el fondo Natural Capital Fund adquirió los activos agrícolas de Borges Agricultural & Industrial Nuts (BAIN) por un valor de entre 70 y 80 millones de euros. Estos activos incluyen 1.900 hectáreas de almendras, nueces y pistachos en Granada, Badajoz y Portugal. Además, Bankinter Investment y Nuveen Natural Capital –plataforma agrícola y forestal de Nuveen– lanzaron el fondo Landa Fund para construir una cartera diversificada de terrenos agrícolas y cultivos en España y Portugal, con un plazo de inversión de diez años. 

Grandes transacciones

De entre estas operaciones, las grandes transacciones de suelo rústico estuvieron protagonizadas por fondos de inversión, empresas del sector energético, corporaciones industriales (como Naturgy o Borges), futbolistas y empresarios. Según el mencionado informe, esta dinámica de inversión está produciendo un cambio en la estructura del campo. A medida que las grandes fincas de inversión toman terreno –las grandes corporaciones buscan concentrar tierra para obtener economías de escala–, los pequeños y medianos agricultores tradicionales enfrentan dificultades para competir.

Sin embargo, el perfil de nuevos actores que está transformando el mercado no sólo está comprometido con la rentabilidad financiera, sino que también busca aportar un valor real a los agricultores y al medio ambiente. Lo anterior puede resultar beneficioso, en el contexto de relevo generacional que atraviesa el campo, con el 41,3% de los propietarios de fincas rústicas superando los 65 años. El principal reto, según Cocampo, será encontrar un equilibrio entre los intereses económicos de los nuevos actores y la preservación del modelo agrícola tradicional. La clave para que las inversiones beneficien a todos los actores es lograr preservar la sostenibilidad y generar oportunidades para los agricultores.

Miura Partners prepara la venta de Citri&CoLa gestora española de capital riesgo Miura Partners ha contratado a Greenhill como asesor financiero para organizar la venta de Citri&Co (el grupo citrícola que puso en marcha la familia Martinavarro), líder europeo en la producción de cítricos, melón, sandía y fruta de hueso, según han confirmado diversas fuentes a Expansión. La decisión de vender se tomó tras no concretarse las negociaciones con el fondo de pensiones canadiense PSP, que posee varias hectáreas donde Citri&Co cultiva su fruta, adquiridas en régimen de sale & leaseback. Está previsto que el proceso de venta comience en febrero de 2025, con la distribución de información sobre Citri&Co a potenciales compradores a mediados de mes. Miura busca una valoración de alrededor de 1.500 millones de euros para la compañía, que actualmente registra un ebitda anual cercano a los 110 millones de euros, cifra que podría aumentar de materializarse las adquisiciones que se están negociando.

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