La última misión del carbón: la térmica de Soto de Ribera sale de su letargo ante el aumento de demanda de electricidad por el frío (pero con su cierre a la vista)

La central térmica de EDP en Soto de Ribera, cuya clausura está prevista para este año, sale estos días de su letargo por el alto precio del gas y para ayudar a cubrir el incremento de la demanda de electricidad por el frío

Central de Soto de Ribera

Central de Soto de Ribera / Miki López

Pablo Castaño

Pablo Castaño

Oviedo

La central térmica de carbón de Soto de Ribera ha salido estos días de su letargo. Antes de su cierre definitivo, previsto por la compañía EDP para este año, aún tiene misiones que cumplir. De momento vuelve a producir electricidad coincidiendo con el repunte de demanda de energía por el frío y el encarecimiento del gas. Además, en marzo comenzarán las obras de conversión a gas del grupo 2 de la central térmica de Aboño y para garantizar el suministro de electricidad a la industria asturiana podría ser necesario el concurso de Soto de Ribera.

De la chimenea y del refrigerante de la central de carbón de Soto vuelve a salir humo y vapor estos días. El incremento de la demanda eléctrica por el frío y el aumento del precio del gas han dado una última oportunidad al carbón para entrar en un mix energético en que cada vez tienen más protagonismo las energías renovables.

El menguante "hueco térmico" que dejan las energías verdes y la nuclear se lo disputan el gas y el carbón, con ventaja para el primero al estar menos lastrado por las caras emisiones de CO2. Sin embargo, los costos de generación de los ciclos combinados se han incrementado de forma extraordinaria durante las últimas semanas por el encarecimiento de su materia prima, el gas. Durante el mes de enero, la cotización del gas en el mercado de referencia europeo, el TTF holandés, ha promediado los 48,49 euros por megavatio hora (MWh), un 61,7% más que hace un año. Según los cálculos de los analistas de la consultora energética Grupo ASE, a finales del pasado mes una central de ciclo combinado tenía un coste teórico de generación de 136,73 euros el MWh, un 67% más elevado que hace un año (81,93 euros MWh).

En este contexto, la central de Soto de Ribera ha despertado de su letargo y vuelve a quemar carbón. Su despertar se dejó notar ayer en el paisaje –con los penachos de humo y vapor de agua– y en los registros diarios de generación que publica en tiempo real Red Eléctrica de España. En la mañana de ayer estaban operativos en la península alrededor de 900 megavatios de centrales de carbón, cuando lo habitual es que estén operativos la mitad, los que aporta la central térmica de Aboño, que suele entrar en el mix energético porque su participación es imprescindible para la fiabilidad del sistema eléctrico en el centro de Asturias –donde hay grandes consumidores industriales electrointensivos– y para reutilizar los gases siderúrgicos de ArcelorMittal, que de no quemarse en la central térmica junto con el carbón se quemarían en antorcha, con una mayor afección a la calidad del aire.

El doble de aportación

En el pasado mes de enero, las centrales de carbón solo aportaron el 1,2% de la generación eléctrica peninsular y durante el conjunto de 2024 la aportación fue incluso menor, del 1,1%. Sin embargo, durante la mañana de ayer, las centrales de carbón aportaron el 2,6% de la generación. La participación de Soto de Ribera fue clave y la aportación de esta central podría seguir teniendo protagonismo durante los próximos meses.

La alianza formada por EDP y Grupo Masaveu iniciará en marzo la conversión a gas del grupo 2 de la central térmica de carbón de Aboño. Se trata de una inversión de cerca de 40 millones de euros. Durante los cinco meses que durarán las obras el grupo 2 no podrá producir electricidad y el Principado ha autorizado a EDP a utilizar el grupo 1 de carbón de la central térmica de Aboño durante 2.000 horas este año frente a las 500 horas que tiene autorizadas. El objetivo es seguir garantizado la fiabilidad del suministro eléctrico en el centro de Asturias y la quema de gases siderúrgicos de ArcelorMittal. Además, si las condiciones son favorables, también se podría contar con el respaldo de Soto de Ribera en su último año de vida.

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