La negociación sigue abierta

Duro revisará su plan de viabilidad ante la resistencia de la SEPI a un nuevo rescate

"No se puede ir a casa de uno a pedir dinero y volver luego a pedir más sin explicar cómo se devolverá", afirma Barbón

Taller de Duro Felguera en Gijon

Taller de Duro Felguera en Gijon / Luisma Murias

Yago González

Yago González

Oviedo

Duro Felguera intensificará la presión sobre la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) para que esta capitalice los 100 millones de euros en préstamos participativos que inyectó en el rescate de 2021. Tras el desencuentro de este pasado miércoles, en el que la sociedad estatal rechazó hacer ningún movimiento hasta que los socios mayoritarios de Duro –los grupos mexicanos Prodi y Mota-Engil México– presenten "un plan claro de viabilidad", la ingeniería prevé apuntalar su estrategia de reestructuración para presentársela a la SEPI en una nueva reunión que tendrá lugar a comienzos de la semana que viene, con toda probabilidad en Madrid.

De hecho, todo apunta a que habrá más de un encuentro en los próximos días o semanas. "Se van a intensificar las reuniones", señalaron a este diario fuentes conocedoras de la agenda de Duro. El objetivo de los dueños mexicanos sigue siendo el mismo: que la entidad estatal acepte la capitalización, de modo que se convierta en la accionista de control y que con ello la empresa tenga más acceso a créditos y avales bancarios con la que acometer sus proyectos y evitar el colapso financiero.

Porque la alternativa de la ingeniería también sigue siendo la misma: precipitarse al concurso de acreedores. Una posibilidad que tiene cuenta atrás, ya que el próximo 11 de marzo expira el plazo del preconcurso al que la compañía se acogió en diciembre. Y a la empresa le queda poco dinero en la caja. "El tiempo se agota", advirtió Duro el miércoles.

En lo que, según las fuentes conocedoras, quizá pueda haber novedades es en el plan de reestructuración ideado por la compañía asturiana. Hasta ahora, el esquema planteado a la SEPI es partir la compañía en dos: los negocios de diseño y construcción de instalaciones industriales "llave en mano" (EPC, en la jerga del sector) quedarían bajo el control de los mexicanos –que siempre han mostrado especial interés por esta línea–, y los negocios de servicios y mantenimientos industriales, sometidos a menos riesgos, estarían gestionados por la SEPI. A este rediseño se añadiría la puesta en venta de activos como la sede central de Gijón (en la que la empresa quedaría como arrendataria) o los terrenos del antiguo colegio Peñaubiña, en Latores (Oviedo). Pero las fuentes consultadas no descartan la incorporación de más medidas para que el plan resulte convincente a ojos de la SEPI, que cuenta con dos miembros en el consejo de administración de Duro (César Hernández y María Jesús Álvarez).

No obstante, ni siquiera este replanteamiento de Duro pudiera ser suficiente para el organismo público, que considera que la capitalización "no bastaría para resolver el problema de liquidez de la empresa", señalaron fuentes cercanas a la entidad. Es cierto que la SEPI desea que lo primero que haga Duro antes de hablar de cualquier movimiento accionarial o económico es presentar un proyecto de reestructuración, pero, habida cuenta de que la sociedad estatal no ve suficiente la entrada de 100 millones de euros en el capital de la ingeniería, tampoco parece que el embrollo se desanudará con la mera presentación de dicho plan. Según la SEPI, ese sería un primer paso, al que debería seguir que los mexicanos aporten más dinero. Y, de momento, no parece que esa sea su voluntad, apenas un año después de haber desembolsado 90 millones para hacerse con el 55% de las acciones.

El Principado.

El presidente asturiano, Adrián Barbón, defendió ayer la posición de la SEPI. "Es algo que todo el mundo entiende: si pones 120 millones de euros es normal que exijas un plan", afirmó en rueda de prensa. "Los propietarios [de Duro] tienen que hacer una planificación si quieren más apoyo", indicó el jefe del Ejecutivo asturiano, quien no obstante recalcó que "siempre que haya esa planificación" la empresa tendrá todo el respaldo público para solventar la situación. "Pero no se puede dar dinero a cambio de nada, porque el dinero público no puede derrocharse y es de todos los asturianos y asturianas", insistió el dirigente socialista.

Barbón admitió la "preocupación" del Gobierno regional por el futuro del empleo de Duro –tiene 1.500 trabajadores– y aseveró que el Ejecutivo autonómico está dispuesto a hacer de "mediador" ante la SEPI, pero siempre con la condición de ese plan que trace los planteamientos de la compañía para recuperar la solvencia. "No se puede ir a casa de uno a pedir dinero y volver luego a pedirlo sin explicar cómo se devolverá y sin hablar del futuro", advirtió.

Caída en Bolsa.

Tras haber gozado el miércoles de una jornada eufórica en Bolsa, con un repunte del 12,2% ante la expectativa de que la SEPI accediera a la capitalización, el desencuentro entre ambas partes en la reunión provocó ayer que las acciones de Duro cayeran un 3,45%, cerrando la sesión en 0,26 euros por título. En las primeras horas de la jornada, la cotización llegó a descender más de un 4%. Desde el pasado 12 de diciembre, cuando Duro volvió a cotizar en el Mercado Continuo después de trece días de suspensión, las acciones se han depreciado un 44%. El valor bursátil de la ingeniería es de 58,3 millones de euros.

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