Inquietud por el futuro industrial de la región

Crónica de la semana más negra para dos iconos empresariales de Asturias: Arcelor y Duro Felguera

El anuncio de un arancel del 25% al acero en Estados Unidos, el plan de Arcelor de trasladar a la India servicios auxiliares y el choque entre Duro Felguera y el Estado para salvar la ingeniería elevan al máximo la incertidumbre

La semana negra de Arcelor y Duro Felguera.

La semana negra de Arcelor y Duro Felguera.

Yago González

Yago González

Oviedo

Concluye hoy una "semana horribilis" para dos de las empresas más emblemáticas de Asturias. Una montaña rusa de acontecimientos que perfilan un horizonte tormentoso para ArcelorMittal, multinacional siderúrgica con 5.000 empleos directos en la región, y Duro Felguera, centenaria ingeniería afincada en Gijón, con 1.500 profesionales. En ambos casos los problemas vienen de atrás y, sobre todo en el primero, hay circunstancias internacionales que explican su delicada situación, pero al final sus efectos finales se notarán a pie de calle, en la realidad más local. Y, por tanto, son episodios que están generando mucha inquietud no sólo en los círculos políticos y empresariales de Asturias, sino en buena parte de la población.

La semana comenzó con el anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles del 25% a la importación de acero a partir del 12 de marzo. Algo que, de llevarse a cabo, no afectaría únicamente a los productos básicos siderúrgicos que fabrica Arcelor en las factorías de Gijón y Avilés –como los planos, el alambrón o el carril, utilizados en sectores como la automoción o el transporte ferroviario–, sino también a los productos metálicos elaborados con acero, lo cual golpearía a todo el sector metalúrgico asturiano. En total, están en juego 160 millones de euros exportados desde el Principado.

A todo ello se añadió otra decisión tomada en Estados Unidos –esta no de Trump, sino del Tribunal de Comercio Internacional del país– con impacto en la región: la imposición de un arancel del 28,5% para torres eólicas como las que fabrica en Avilés la compañía asturiana Windar.

Pero lo del lunes sería sólo un aperitivo. El martes, la dirección de Arcelor comunicó desde Luxemburgo su plan para trasladar a la India servicios de apoyo a las fábricas que pueden realizarse en remoto, como finanzas, soluciones informáticas o recursos humanos. Un plan que también afectará a las instalaciones de Asturias, toda vez que la mayor parte de ese tipo de servicios que Arcelor presta en España se realiza en la región. Si bien hay alrededor de un millar de empleados que hacen estas labores en Asturias, el número de posibles recortes que pueda implicar la deslocalización aún es incierto.

También el martes, irrumpía en la actualidad otra empresa que desde hace años atraviesa serias dificultades, Duro Felguera, rescatada en 2021 con 120 millones de euros inyectados por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). La ingeniería convocó para el miércoles un consejo de administración extraordinario con un ultimátum sobre la mesa: o la SEPI aceptaba convertir en capital el dinero del rescate –convirtiéndose así en el accionista de control– o la empresa iría a concurso de acreedores.

Pero la SEPI, con dos miembros en el consejo, no aceptó el envite, emplazando a los socios mexicanos de Duro –Prodi y Mota-Engil México– a revisar su plan de reestructuración antes de poner un solo céntimo. El pulso continuará esta próxima semana con nuevas reuniones. n

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