Sector bancario

CaixaBank se deja pendiente la elección del consejero que sustituirá a Muniesa como vicepresidente

El reglamento del consejo establece que debe nombrarse a un número dos, pero el órgano de administración podría esperar a que la junta refrende a sus cinco nuevos miembros

El presidente de CaixaBank, Tomás Muniesa

El presidente de CaixaBank, Tomás Muniesa / Caixabank

Pablo Allendesalazar

Pablo Allendesalazar

Madrid

El consejo de administración de CaixaBank tiene tareas pendientes. Con el ascenso de Tomás Muniesa al puesto de presidente no ejecutivo el pasado enero en sustitución de José Ignacio Goirigolzarri, ha quedado vacante la posición de vicepresidente, pese a que el reglamento del propio consejo establece que el órgano de administración "deberá" contar con esa figura. Sus actuales integrantes pueden tomar una decisión en el momento en que estimen oportuno. Pero cabe la posibilidad de que esperen hasta que la junta de accionistas del próximo 11 de abril en Valencia vote -y muy probablemente refrende- el nombramiento de los cinco nuevos consejeros, cuya candidatura fue propuesta por el actual consejo a la asamblea este mismo jueves. Respondería a la lógica de que la nueva composición del órgano (se renueva un tercio del mismo) elija a su nuevo número dos. 

El reglamento del consejo de CaixaBank, así, establece en su artículo 8 que dicho órgano de gobierno, "previo informe de la comisión de nombramientos y sostenibilidad, deberá designar necesariamente un vicepresidente, que sustituirá al presidente a falta de este, como ocurre en los casos de vacante, imposibilidad o ausencia". Asimismo, determina que el consejo "podrá además nombrar", previo informe de la citada comisión, "otros vicepresidentes", que sustituirán al presidente y vicepresidente primero en caso de que estos no estén disponibles. A falta de vicepresidentes, como sucede actualmente, el papel deberá desempeñarlo el consejero independiente coordinador (desde 2023, Eduardo Javier Sanchiz) y, si este no puede, el consejero de mayor edad.

La salida de Goirigolzarri (presidente ejecutivo, aunque con competencias muy limitadas) y el ascenso de Tomás Muniesa a la presidencia (consejero dominical en representación de la Fundación La Caixa, que a través de Criteria posee en torno al 31% de las acciones del banco) abre la puerta a que el consejo elija a alguno de sus nueve miembros independientes como vicepresidente. A esta categoría pertenecen el citado Eduardo Javier Sanchiz (ser consejero coordinador no sería incompatible), María Verónica Fisas, Cristina Garmendia, Peter Löscher y Amparo Moraleda, y a partir de la junta, también Rosa María García Piñeiro, Luis Álvarez Satorre y Bernardo Sánchez Incera. Probablemente sería un movimiento bien visto por el Banco Central Europeo (BCE), que como supervisor bancario siempre se ha mostrado muy partidario de los controles y equilibrios internos ("checks and balances") dentro de los consejos de los bancos. 

Controles y equilibrios

El organismo supervisor, en esta línea, sacó a consulta un borrador de guía de gobierno corporativo el pasado verano en el que abogaba porque el presidente de un banco "debería ser, como principio general, un miembro no ejecutivo, y el BCE recomienda que sea un miembro independiente". Muniesa solo cumple el primer requisito, con lo que la elección de un independiente como vicepresidente podría ayudar a compensarlo. La principal misión de esta categoría de consejeros, así, es velar por el interés de los pequeños accionistas, algo especialmente relevante en una entidad que como CaixaBank tiene dos propietarios tan relevantes (Criteria y el Estado, que posee en torno al 18% del capital).

De hecho, estos dos grandes accionistas han realizado pequeñas ventas de su participación en el banco recientemente para no sobrepasar de forma conjunta el 50% del capital al que se estaban viendo abocados por las recompras y amortizaciones de acciones llevadas a cabo por CaixaBank para remunerar a sus propietarios. En el caso del 'holding' de La Caixa, también ha pesado el hecho de que, por debajo del 31%, el BCE le permite votar en la próxima junta sobre la elección o reelección de los consejeros independientes.

Otras opciones

Si el consejo sigue esta lógica, sería coherente que la elegida como vicepresidenta no fuera Teresa Santero, consejera dominical en representación del Estado. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, apuntó este jueves que el Gobierno ha "propuesto" la continuidad de su consejera (también será votada en la junta) para "dar una señal positiva de aceptación y de apoyo al cambio, a la renovación, en la presidencia de CaixaBank". Al tiempo, subrayó que el Gobierno no ha pedido tener otro consejero dominical, como podría por su peso en el capital, porque es "también importante que se mantenga el número de independientes que existía anteriormente", como así ha sido, pues "es una de las recomendaciones del BCE para asegurar la buena gobernanza del banco".

Por el mismo motivo, resultaría llamativo que el elegido como vicepresidente terminara siendo José María Méndez, director general de la patronal bancaria CECA y propuesto a la junta como nuevo dominical en representación de Criteria. Sobre todo teniendo en cuenta que el presidente ya representa a la Fundación La Caixa. Si el nuevo vicepresidente no resultara ser ni un dominical ni un independiente, las únicas opciones restantes serían las de los dos administradores con la categoría de 'otros externos' (consejeros que no son ejecutivos, pero a los que tampoco se puede considerar de los otros dos tipos). Se trata de Fernando Maria Costa Duarte (presidente de BPI, filial lusa de CaixaBank) y Pablo Forero Calderón (presidente de la gestora de activos el banco).

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