Ten mucho ojo: así puede influir una herencia en tu declaración de la renta

Recibir una herencia no implica que debas declararla directamente en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). En su lugar, está sujeta al Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, un tributo independiente gestionado por las comunidades autónomas. Esto significa que, al recibir bienes o dinero por herencia, lo primero que corresponde es liquidar ese impuesto dentro del plazo legal, normalmente seis meses desde el fallecimiento, aunque puede solicitarse una prórroga.

Ahora bien, aunque la herencia no tribute como tal en la declaración de la renta, sí puede influir en ella más adelante. Por ejemplo, si heredas un inmueble y decides alquilarlo, los ingresos obtenidos por el alquiler deben incluirse en tu IRPF como rendimientos del capital inmobiliario. Del mismo modo, si en algún momento vendes un bien heredado, como una casa o acciones, deberás tributar por la ganancia patrimonial obtenida, que se calcula como la diferencia entre el valor de transmisión y el valor que se declaró en el Impuesto de Sucesiones.

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En el caso de heredar dinero en efectivo, no se incluye como ingreso en el IRPF, pero sí lo hacen los rendimientos que ese dinero pueda generar, como los intereses de cuentas o productos financieros. Estos rendimientos tributan como parte de los rendimientos del capital mobiliario. Por tanto, aunque el patrimonio heredado no forme parte directamente de la base imponible del IRPF, puede modificarla si genera rentas o beneficios.

Es importante conservar toda la documentación relacionada con la herencia, incluyendo la escritura de adjudicación, justificantes del pago del Impuesto de Sucesiones y tasaciones de los bienes, ya que serán necesarios para justificar valores en caso de venta o inspección tributaria. Además, cualquier retraso o error en la gestión del impuesto puede derivar en recargos o sanciones por parte de la Agencia Tributaria.

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En este punto es importante recordar los plazos que existen para realizar este trámite: aquellos que lo hagan por internet tendrán hasta el 30 de junio, los que opten por la vía telefónica tendrán entre el 6 de mayo al 30 de junio (la cita se solicita entre el 29 de abril y el 27 de junio) y los que la realicen de manera presencial del 2 al 30 de junio (la cita habrá que cogerla entre el 29 de mayo y el 27 de junio).

Los planes de la Agencia Tributaria pasan por que, por primera vez, los contribuyentes puedan pagar sus declaraciones de la renta a través de Bizum, junto a la tradicional domiciliación bancaria, el cargo en cuenta o con Número de Referencia Completo (NRC) o el pago en una oficina bancaria.

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Al igual que el año pasado, estarán obligados a presentar la declaración los autónomos, independientemente de sus ingresos, y los beneficiarios del Ingreso Mínimo Vital (IMV), mientras que a los beneficiarios de la prestación por desempleo no se les exigirá en esta campaña la presentación, pese a que en un principio sí estaba previsto.

El sindicato de técnicos de Hacienda (Gestha) recuerda que se han aprobado varias medidas para evitar la tributación de las ayudas recibidas por los damnificados por los efectos de la DANA. En primer lugar, las ayudas por los daños materiales están exentas, incluida la indemnización del Consorcio de Compensación de Seguros que se considera ayuda a efectos del IRPF.

Sin embargo, si el importe de las ayudas, incluida la indemnización del consorcio, es inferior al valor de adquisición del elemento patrimonial dañado, habrá una pérdida patrimonial en el IRPF.