¿El cambio de Papa afectará a la economía mundial? Esto es lo que dice Niño Becerra

Cualquier cambio en el panorama mundial hace que la economía se vea afectada, en mayor o menor medida, por lo que, el cambio de dirección en el Vaticano no queda exento de este fenómeno.

En el programa "Revolució 4.0" de Xantal Llavina retransmitido en Catalunya Ràdio, hizo aparición Santiago Niño-Becerra, doctor en Economía, para poner a los oyentes al día sobre la actualidad económica en el panorama mundial: "Están pasando muchas cosas".

El primer tema que Xantal introdujo fue la muerte del Papa y preguntó al economista sobre la influencia que este suceso puede tener, no solo a nivel moral y social, sino también a nivel económico. Santiago Niño Becerra, que "a las pruebas se remite", presentó el estado en el que se encontraba el mundo con la llegada del papa anterior a Francisco, Juan Pablo II (1978-2005): "El mundo estaba saliendo de la Guerra Fría, era una época de ultraconservadurismo a nivel político y de neoliberalismo en el económico".

Por estos factores señaló que el Papa Juan Pablo era conservador, más tradicional. Cuando tocaba un cambio, llegó Francisco con el que "los países subdesarrollados han comenzado a tener una voz". Ahora, tras un periodo de cambio, Niño Becerra cree que el nuevo Papa "será bastante más conservador que el anterior y, sobre todo, que su mensaje será de estabilidad. No estoy diciendo ni injusticia social ni nada de eso. Pues como ahora estamos en un cambio muy radical, yo lo que creo que interesa es la estabilidad".

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"China puede semiparalizar la economía norteamericana"

Tras esta intervención sobre el futuro del Vaticano, la presentadora abrió un nuevo melón: la relación entre China y Estados Unidos. El economista dice abiertamente que "no entiende la situación creada entre EEUU y China, porque la mayoría de bienes que consume la clase media y baja de Estados Unidos provienen de China, o de países que están a medio camino entre ambos, y que tienen mucha influencia de China." Ante esto señala que si se materializan los objetivos del presidente Trump (es decir, aumentar los aranceles): el consumo de estas clases sociales se hundirá, pues esos productos deberán ser fabricados en Estados Unidos y eso hará que los precios se disparen.

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Xantal preguntó a Santiago sobre un post de X, en que decía que "China puede semiparalizar la economía norteamericana"; a lo que el economista argumentó: "China y Estados Unidos están en un conflicto económico abierto, sostenido en el tiempo, evidentemente China gana. Prácticamente, el 70% de las tierras raras, como los minerales que se utilizan en la industria electrónica, en defensa... son producidos y procesados en China. Por tanto, si China interrumpe la exportación de estos minerales a Estados Unidos: la industria electrónica americana se paraliza". Tras esto, señala que "no ve a donde quiere llegar la administración de Trump con esta postura, porque continuar con estas acciones significa paralizar la economía americana".

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Otro punto relevante del programa fue el hecho de que la empresa Samsung acordase con el gobierno coreano que algunos de sus empleados trabajasen 64 horas semanales. Ante esta noticia la presentadora mostró sus más sincera opinión "lo veo como una salvajada, porque podríamos decir que es vivir para trabar, no trabajar para vivir".

Ante esto, el economista señala que es mucho tiempo de trabajo, pero explica por qué es significativo: "en el caso de Samsung es muy significativo porque fabrica y diseña productos de alto valor añadido, no solo teléfonos móviles"; por lo tanto, puede haber puestos de trabajo que requieran de más horas de faena que otros. Igualmente, señala que cada empresa es un mundo, poniendo frente al aumento de jornadas de Samsung, la nueva medida que está tomando la empresa Desigual: ofrecer una reducción de jornada de un 15% y un 6% de salario para algunas secciones; es decir, "no todas las empresas son iguales".

Y como mensaje final señala que, hablando de jornada laboral, tendría que haber un máximo permitido y, sin superarlo, organizar las jornadas en función de las necesidades de la empresa, habiendo puestos que requieran de más tiempo de trabajo y otros de menos.