En los momentos álgidos de la pandemia, con medio mundo confinado en sus casas y un gran temor a contagiarse con el covid-19, el ecommerce emergió como la gran respuesta y los pagos digitales se impusieron hasta el punto de avivarse los debates sobre el posible fin del dinero en efectivo. Toda aquella herramienta o solución tecnológica que ayudase a mantener distancia y evitar el contacto físico era abrazada con fervor por ciudadanos y negocios.

"Los pagos digitales, bien en tienda online o en comercio físico, han sufrido unos crecimientos brutales por la pandemia", confirma Álex Saiz, fundador y CEO de la fintech Monei. Fundada en 2015, esta startup española especializada sobre todo en las transacciones online, simplifica y agiliza los pagos digitales. Como si de una navaja suiza se tratase, su plataforma tecnológica permite usar más de 40 métodos de pago, entre los que se encuentran Bizum, Google Pay o Apple Pay. Es decir, que estaban situados en pleno epicentro de este cambio de hábitos financieros. "Hemos tenido la suerte de estar en un sector donde el crecimiento ha sido brutal", corrobora el emprendedor. Y la tendencia continúa, en vista del volumen de transacciones previsto para el presente ejercicio 2021: esperan que alcance los 300 millones, lo que supondría un repunte de más del 100% con respecto al año anterior.

Actualmente Monei tiene acuerdos con todos los bancos nacionales, que a través de su plataforma pueden engancharse a Shopify, Wix, WooCommerce y otras grandes compañías de ecommerce. Esto permite que, a su vez, las tiendas online puedan operar con la entidad que elijan y ofrecer los distintos métodos de pago a sus compradores. A día de hoy la empresa suma más de 2.000 clientes, entre los que figuran Media Markt, British American Tobacco, Scalpers o Credit Andorra. 

En esta rápida progresión no está contribuyendo solo la pandemia. En octubre de 2020, Monei fue seleccionada por Amazon Web Services como mejor infraestructura tecnológica en España y Portugal, un reconocimiento que les ha ayudado recibir más interés del pequeños negocios, pero también de compañías de mayor tamaño. "Al ser una fintech, una empresa tech innovadora y joven, todo lo que pueden ser complementos que ayuden a generar más confianza especialmente por parte de terceros, obviamente repercute en la percepción de qué y cómo está haciendo las cosas la compañía", justifica el directivo.

Álex Saiz, fundador y CEO de Monei.

Otro de los factores que ha impulsado el avance es, precisamente, la banca. Las entidades tradicionales han estado ocupadas en "adelgazar plantillas, optimizar costes", considera Saiz, y esto les ha limitado a la hora de responder a tiempo a la profesionalización del ecommerce. "Pasamos por delante de la banca no porque seamos más espabilados, sino porque son muy lentos para adaptarse a las estructuras tecnológicas. Y esto ha sido un factor que nos ha ayudado a crecer mucho", afirma. Y añade una explicación: "Los equipos que deberían haberse preparado para escuchar, entender y seguir el ritmo de la banca online, no lo han hecho. Con lo que aún más, las fintech, que hemos estado siempre a la vanguardia, hemos atendido a las peticiones de los comercios".  

Un puesto de "vanguardia" que se ve reflejado, por ejemplo, en el hecho de que Monei sea la única fintech española con un puesto en el Consejo Europeo de Pagos (EPC, por sus siglas en inglés), que es el organismo autorregulador del sector bancario en materia de servicios de pago. Debido a su participación en este consejo, Álex Saiz adelanta que "el sector financiero, al menos a nivel de pagos, va a ver muchos cambios, muy radicales, en los próximos cinco años". "Hoy en día, una cosa que puede parecer muy simple es complejísima a nivel operativo: nos hemos puesto de acuerdo para hacer transferencias inmediatas en Europa mediante SEPA. Hay un trabajo de fondo, técnico y normativo y regulatorio, muy bestia. Y con esto, los raíles están ya puestos para trabajar: se van a evolucionar mucho los pagos por móvil, por QR, etc".

Tienda física y blockchain

Y es a través de códigos QR como Monei ha planteado su "aterrizaje" a los puntos de venta físicos. En febrero de este año lanzó una solución digital, diseñada "cien por cien in house", por la que los comercios físicos pueden aceptar pagos a través de una simple pegatina con un código QR. De esta forma, los establecimientos no necesitan contar con un datáfono ni compartir su teléfono móvil, simplemente "la pega en caja o en el mostrador, y el consumidor puede pagar en tiempo real mediante Bizum, Apple Pay y Google Pay", indica Saiz. La apuesta está teniendo "mucha aceptación", de acuerdo con el CEO de la startup, y la están utilizando alrededor de 3.000 negocios en toda España. 

Además, han puesto ya en marcha el proceso de expansión internacional, que en esta primera fase apunta al sur de Europa. En concreto, esperan estar operativos en Portugal, Francia e Italia en el primer semestre de 2022, y después esperan moverse hacia Latinoamérica. 

Los planes de crecimiento de esta fintech no se quedan solo en hacerse un hueco en el mundo físico y ampliar su penetración geográfica, sino que Monei aspira, a la larga, a convertirse "en un banco". A conseguir este objetivo contribuirá la licencia bancaria del Banco de España que consiguieron en el mes de junio. "Es un primer paso", manifiesta Ález Saiz, quien considera que este hito "cambia muchísimo" la situación de Monei, especialmente a nivel reputacional. "La percepción de la compañía dentro del sector, ya se ve con otros ojos, pasas a jugar en la champions", señala.

Y tienen la vista puesta en el innovador sandbox financiero puesto en marcha por el Gobierno. "Vamos a aplicar con un proyecto basado en Ethereum", adelanta Saiz. El objetivo, explica, es "crear un stablecoin" que permita "disponer de una infraestructura para hacer transferencias a todo el mundo que no tengan que pasar con los canales tradicionales". Al basarse en tecnología blockchain y la red Ethereum, podrían reducirse los costes y la latencia en los envíos, apunta el fundador de Monei, que añade que para poder sacar adelante el proyecto dependen por completo de recibir la autorización para entrar en este ‘espacio de pruebas’.