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Arquima: casas de madera sostenibles para arrinconar el ladrillo

Arquima diseña, fabrica y monta viviendas que cuestan más de medio millón de euros pero que prometen ser la mejor solución para reducir las emisiones de CO2

Exterior de una vivienda de madera fabricada por Arquima.

Exterior de una vivienda de madera fabricada por Arquima.

Irene Juárez

José Antonio González fundó Arquima en 2007, hace ya 16 años, convencido de que "la madera es el material del siglo XXI", entre otras cosas porque "ninguno le puede hacer frente en materia de sostenibilidad". Así que este ingeniero industrial decidió hacer lo que mejor se le daba: industrializar procesos. Y creó una empresa familiar para la construcción de viviendas (y equipamientos, fachadas, envolventes, hoteles y residencias). Por aquel entonces, nadie creyó en él. "Era el loco de las casas de madera -recuerda-, pero todo lo que yo vi en ese momento ahora lo ve todo el mundo", defiende.

En Arquima diseñan, producen de forma industrial y montan proyectos "llave en mano". Pueden encargarse de todo el proceso, aunque también trabajan con arquitectos externos. Reciben la madera principalmente de Alemania y Austria en su recién estrenada fábrica de 6.000 metros cuadrados situada en Abrera (Barcelona). Allí fabrican las viviendas en una semana. Posteriormente, una empresa de transporte lleva todas las partes hasta el destino de la residencia, donde Arquima procede a su construcción. En tres o cuatro meses puede estar lista. "En un momento en que hay una falta de mano de obra evidente y desplazarla es caro y complicado de controlar, la industrialización es el camino que hará que la construcción sea viable en el futuro", cuenta González. "En la fábrica hay menos retrasos. Es garantía para el cliente y para el arquitecto", añade.

Rompiendo barreras

Construyen bajo criterios de sostenibilidad, porque "el sector es responsable del 40% de las emisiones de CO2 en todo el planeta": "Le están metiendo mano y lo van a seguir haciendo", asegura. Y cambiar una estructura de hormigón por una de madera "tiene una reducción de la huella de carbono muy importante". La construcción, por otro lado, también es pasiva. Es decir, de bajo consumo energético. "La energía no es infinita y hay que construir casas lo más eficientes posible", prosigue.

González presume de haber estado al mando de la construcción del primer edificio plurifamiliar de madera que se hizo en Barcelona. Y también de la primera residencia de ancianos de Camarzana de Tera, en Zamora. Pero no ha sido fácil. Desde que puso en marcha la empresa, ha tenido que "romper mil barreras". Los clientes ponen en duda un material poco común en la construcción de viviendas. "Pero es el más duradero que hay, junto con la piedra. Hay edificios de madera con más de 1.000 años de antigüedad. En cambio, no hay ninguno de hormigón que tenga más de 100 y siga en pie", asegura el CEO. "La gente tiene miedo de que la madera se queme. Pero es el material más noble en situación de incendio. Cuando uno metálico se quema, se cae al momento. El de madera, no". Todo gira en torno a "una falsa sensación de inseguridad que se ha creado en un mundo pensado para el ladrillo y el hormigón", reitera.

Casas de un millón de euros

Cierto es que la voluntad de este CEO no es, en ningún caso, democratizar el acceso a la madera para la construcción de viviendas. Actualmente la empresa cuenta con un tíquet medio de entre 500.000 y 600.000 euros, que González quiere elevar al millón "para implantar todas las mejoras y construir casas que lo tengan todo". "No queremos abarcarlo todo, sino escoger aquellos proyectos que más nos interesen", cuenta. Esto es, los promotores que consideren serios y, sobre todo, "el cliente particular de alto standing, que quiera esta calidad y esté dispuesto a pagarla".

Y es que Arquima facturó con sus casas de madera seis millones en 2021, ocho en 2022 y pretende cerrar 2023 con unas cifras que ronden entre los 15 y los 20. Para conseguirlo, se han mudado este año. En la nueva fábrica trabajan unas 50 personas (entre oficinas y producción). "Teníamos una capacidad muy limitada, que hemos multiplicado por tres", afirma González. El año pasado podían fabricar 25 casas; este 75. En estos momentos están realizando un proyecto de 16 viviendas en Llucmajor (Mallorca) para la promotora Aedas Home, con la que tienen previsto cerrar otra promoción de 26.

El aserradero de Valsaín

Este año también han ganado la licitación del aserradero de Valsaín, Segovia. La concesión durará 25 años y empezará a operar en 2024. Así, toda su madera -utilizan unos 4.000 metros cúbicos al año- pasará a ser de origen nacional. "España es el segundo país de Europa en masa forestal, pero aquí no hay esa cultura". Eso, sumado a que el año pasado tuvieron muchos problemas de abastecimiento, les ha empujado a tomar esta decisión, para la que calculan una inversión de un millón de euros. "Es una integración vertical de manual", concluye orgulloso.