La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Aumentan los votantes infieles, el objeto del deseo de todos los partidos

Asturias, entre las regiones con crisis demográfica que son determinantes, espera respuesta a viejas demandas y a retos clave para su futuro

Aumentan los votantes infieles, el objeto del deseo de todos los partidos

Un total de 1.573 mesas electorales, más de 3.000 urnas, cientos de miles de papeletas, 614 locales habilitados como colegios electorales... la maquinaria en Asturias para el 28-A, la cita para las próximas elecciones generales. Los partidos se preparan estos días para la campaña electoral, que comienza este viernes, con la incertidumbre como telón de fondo. A los asturianos les corresponden siete escaños de los 350 que se sientan en el Congreso de los Diputados, uno menos que en los pasados comicios de 2016 y que acabó devorado por los efectos de la crisis demográfica.

Los aspirantes. Cinco formaciones aspiran a un escaño por Asturias. Cuatro esperan renovar su representación (PP en coalición con Foro, PSOE, la alianza de Podemos e IU en Unidas Podemos y Ciudadanos) y un quinto, Vox, opta a él según los sondeos. La riosellana Adriana Lastra repite como cartel socialista, pero ahora convertida en referente nacional como número 2 del PSOE de Pedro Sánchez. La ingeniera ovetense Paloma Gázquez se estrena como candidata por el PP-Foro. La poeta gijonesa Sofía Castañón lidera de nuevo Unidas Podemos. El vicepresidente del Congreso, el abogado gijonés Ignacio Prendes, será otra vez el cartel de Ciudadanos. A estos se suma el abogado natural de Gijón José María Figaredo, que trata de conseguir un escaño por Vox, formación que acaricia la representación en Asturias según algunas encuestas.

Nuevos y viejos problemas. Asturias reclama en Madrid solución para sus problemas, algunos de ellos reiterados: por ejemplo, la apertura de la Variante de Pajares, camino de eternizarse. Pero también hay otras cuestiones clave, como las consecuencias para el tejido industrial asturiano de la política energética de descarbonización. Este asunto se ha convertido en uno de los prioritarios. Y a medida que pasa el tiempo se hace más perentoria una respuesta a la crisis demográfica que sufre el Principado, con una población que mengua, una natalidad en caída libre, una tasa de envejecimiento de vértigo y un éxodo juvenil que, aunque ha suavizado su intensidad, sigue siendo un asunto recurrente en Asturias.

A la caza del votante infiel. La bolsa de electores dispuestos a modificar su voto respecto a los anteriores comicios resulta determinante para el resultado. Los partidos tratan de evitar fugas y arrebatar papeletas al contrario. La filiación inamovible con unas siglas (a las que se castigaba, como mucho, con la abstención, ya no es cosa de estos días). Las encuestas pronostican un ascenso del PSOE a costa de Podemos. Al tiempo, el PP trata de conservar voto ante el auge demoscópico de Vox. Ciudadanos trata de pescar en los caladeros de socialistas y populares. Y se redobla ya la llamada al voto útil: los socialistas agitan el miedo a la derecha y el PP hace bandera del desalojo de Pedro Sánchez de la Moncloa.

Pentapartidismo. En los anteriores comicios se produjo una dicotomía entre la "vieja política" (representada por PSOE y PP) y la autoproclamada "nueva política", en manos de Ciudadanos y Podemos. Tras la experiencia parlamentaria de estos últimos, la entrada de Vox convierte el escenario nacional en una obra con cinco protagonistas. Ya no hay duelo en escena entre populares y socialistas: ahora, los nuevos actores son fundamentales en la trama.

El peso del vacío. La denominada "España vaciada", aquella con una grave crisis demográfica y en la que se disputan pocos escaños, como es el caso de Asturias, tiene la llave del resultado final. algo más de un centenar de escaños de los territorios con un mayor peso rural pueden cambiar el signo del gobierno. Izquierda, derecha... la España despoblada marca el ritmo de la "yenka" electoral.

La única certeza es la incertidumbre. El mapa electoral español, la fragmentación de los partidos, el voto que se fuga de unas siglas a otras... todo se ha aliado para conformar la "tormenta perfecta" electoral en los próximos comicios generales. Ningún analista se atreve a hacer apuestas sobre el resultado, porque no solo se dirime si el próximo gobierno de España será de izquierdas (PSOE más aliados como Unidas Podemos y algún partido nacionalista) o de derechas (PP, con Ciudadanos y apoyado en Vox), sino que los juegos de alianzas resultan determinantes. A unas elecciones cada partido concurre soñando que podrá gobernar en solitario, pero la realidad de las urnas le hace comprender la certeza de aquella frase de Winston Churchill: "La política hace extraños compañeros de cama". PSOE y Ciudadanos, que hasta ahora se han puesto el veto mutuamente, podrían llegar a alcanzar alianzas estables. Todo depende del resultado que arrojen las urnas, pero eso, ahora es impredecible.

Inquietud en Europa. Los socios de España en la UE también miran de reojo el resultado de estos comicios. El marco de inestabilidad, el papel que logrará la derecha más dura (representada por Vox) y las armas que tendrá el independentismo para defender sus postulados son las principales preocupaciones. La inestabilidad, con la necesidad de alianzas incluso a tres bandas para sostener gobiernos estables, continúa siendo el escenario más factible, con lo que ello supone para la gobernabilidad. ¿Gobierno "Frankestein" respaldado por los independentistas o alianza del centro derecha apuntalada por Vox? Cualquiera de las dos alternativas preocupa en Bruselas y en los mercados bursátiles.

Compartir el artículo

stats