El sondeo del CIS y la amplia victoria que augura al PSOE encendieron ayer a los líderes del PP y Cs, mientras que Podemos eludió comentar los malos resultados que le adjudica parapetándose detrás del alto porcentaje de indecisos que vaticina la encuesta. Pablo Casado no se anduvo por las ramas: es "la multiplicación de los panes y los peces", dijo del macrobarómetro, que le "da risa".

Y siguió por ahí: "Han cambiado la cocina de la cocina. Esto ya son escenificaciones de nitrógeno líquido. Un laboratorio culinario que ni Ferrán Adriá". Y aún más: "Sánchez tiene una cistitis".

Ciudadanos reclamó al director del CIS, José Félix Tezanos, que "se vaya a casa" tras poner en circulación esa "deliberada manipulación", en denuesto del sondeo.

Pero la clave del escenario de precampaña es que "está todo muy abierto porque hay muchísima gente que no ha decidido aún su voto", apuntó la cabeza de lista del PSC por Barcelona, la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, advirtiendo, para que la euforia no degenere en desbandada abstencionista el domingo 28, que todavía es "real" la posibilidad de configurar de las tres derechas.

El candidato de Unidas Podemos a la Moncloa, Pablo Iglesias, también consideró que se está ante la campaña "más determinante de la historia", con un 41,6% de electores que no ha decidido el voto, y un "grado de imprevisibilidad sin precedentes".

Así, como cree que todos los escenarios están "abiertos", propuso ser "muy prudente" con los sondeos, tras mostrar el CIS que su partido podría perder la mitad de diputados y quedar en solo 28, frente a los 67 que tiene ahora, junto a En Comú Podem y En Marea.