La pugna por el voto de la derecha se escenifica hoy en Asturias con la épica de la Reconquista como telón de fondo, aunque con matices. El líder del Partido Popular, Pablo Casado, pasará por la región en una jornada en la que también estará en otros puntos de la cornisa y aprovecha para mantener un encuentro con empresarios y agentes sociales. El de Vox, Santiago Abascal, dedica la tarde a su peculiar batalla por el voto con más a la derecha: comenzará su actividad en España con un encuentro con militantes en Covadonga y un mitin en el Calatrava que la organización espera que supere todas las expectativas.

Pablo Casado ya empleó el término "reconquista" en sus anteriores visitas a Asturias. Cuando acudió a presentar la candidatura de Teresa Mallada a las elecciones autonómicas, incluyó en su jornada en Oviedo una visita a la Cámara Santa, donde pudo ver la Cruz de la Victoria.

"Hoy he podido ver la Cruz de la Victoria que está en la Catedral de Oviedo, una joya emblema de la Reconquista", dijo entonces. "Vamos a empezar la reconquista de España, la de un gobierno sensato que defienda la unidad nacional, la creación de empleo y la preservación del Estado del Bienestar", añadió. También tras ganar las primarias de su partido aseguró que su objetivo era reconquistar Cataluña, para que esa Tabarnia hipotética sea real".

No es la primera vez que Vox utiliza Covadonga para escenificar su mensaje simbólico. En las elecciones de 2015, los de Santiago Abascal se citaron ante la basílica del Real Sitio "un lugar simbólico para toda España". El 29 de noviembre de 2015, Santiago Abascal ofreció un mitin para los suyos en el Gran Hotel Pelayo de Covadonga. En aquella ocasión logró reunir a un grupo de fieles, pero hoy las expectativas desbordan incluso en el partido: "Se nos han llenado todos los autobuses rapidísimamente", aseguraban fuentes de la formación.

El PP se enfrenta a una peculiar paradoja: por un lado quiere atraer a los votantes que ven en Vox una alternativa firme frente a la izquierda y, por otro, quiere ofrecer una imagen de seriedad que los populares no ven en los de Abascal, al que afean su populismo. "Son cercanos, pero populistas y llenos de contradicciones", dijo ayer en el arranque de la campaña electoral la cabeza de lista por Asturias, Paloma Gázquez.

Por eso el PP da más valor a un encuentro con empresarios esta mañana. Pero también hay dudas entre miembros del partido: "Nosotros estaremos con doscientas personas con corbata, Vox con más de dos mil llenando un auditorio", señalaba ayer un destacado dirigente popular asturiano.

Los planes de Vox pasan por conseguir impacto en Covadonga (tienen prevista una visita a la basílica y a la Santa Cueva) y luego ofrecer una imagen arrolladora en su mitin del auditorio en el Calatrava. El espacio tiene capacidad para unas 2.500 butacas y el partido de Abascal sospecha que "incluso habrá personas que tendrán que estar de pie o quedarse fuera: nos llaman hasta para preguntar cuánto cuesta la entrada".

Ese mismo auditorio fue escenario de dos grandes mítines: el de 2011 de Francisco Álvarez-Cascos, cuando los foristas lograron la victoria electoral en Asturias pese a lo que pronosticaban las encuestas, y cuando Mariano Rajoy obtuvo la mayoría histórica de 186 diputados ese mismo año.

Por contra, Casado quiere ofrecer este mediodía una imagen de serenidad, presentado por la candidata al Principado, Teresa Mallada, para desgranar sus propuestas sociales y económicas. Los colectivos de izquierdas han contraprogramado una "frixuelada" popular, para afearle aquella afirmación de que "los niños de Asturias no estén estudiando simplemente los hórreos y frixuelos"l.

Aun así, los populares no quieren dejar descubierto el flanco de esa peculiar reconquista de la derecha. La candidata al Congreso visitó Covadonga al día siguiente de conocerse su nombramiento y no dudó en destacarlo en cuanto Vox anunció que comenzaría en el Santuario su batalla de cara a las urnas. La derecha alza sus espadas y tiene su primer escenario en Asturias. Confían en que el resto sea, ya sabe, tierra conquistada.