El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acepta tomar parte en un debate a cinco que incluya a Vox, pero rechaza el cara a cara con Pablo Casado y el debate a cuatro, sin la extrema derecha, propuesto por TVE para fuerzas que ahora tengan representación en las Cortes.

Así, el candidato del PSOE debatirá el martes 23 en Atresmedia con el líder del PP y los candidatos de Cs, Albert Rivera; Unidas Podemos, Pablo Iglesias, y Vox, Santiago Abascal.

El comité electoral justifica la decisión de debatir con Vox en que representa a una fuerza política que presenta candidaturas en todas las provincias y en que, según la encuesta del CIS, supera el 10% de intención de voto.

El portavoz adjunto del comité, Felipe Sicilia, lo explicó así. La realidad del país es "muy diferente" a la que había en otras elecciones. Ahora hay una "mayor pluralidad" y una "derecha dividida en tres" y sin un liderazgo "claro" alternativo a Sánchez. "Lo más oportuno" era el debate a cinco, remató Sicilia.

El PSOE albergaba el temor de que debatiendo con Vox pudiera acusárseles de "blanquear" a un partido de extrema derecha sin presencia en el Congreso. Pero a ese temor ha acabado por imponerse la certeza de que, con el veto, sólo lograrían beneficiar a los de Abascal

Casado achacó la decisión de Sánchez a que le tiene "miedo". "No da la cara porque sabe que tiene que dar indultos a cambio de escaños", le reprochó. Rivera tuiteó: "Muchas ganas de debatir cara a cara con Sánchez". E Irene Montero, de Unidas Podemos, celebró el debate a cinco porque así podrá verse "quiénes están realmente trabajando y quiénes en el ruido", pero juzgó una "vergüenza" que Sánchez rechace el debate a cuatro en TVE.