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¿Qué hay de lo mío?

"No hay que cortar la ayuda a autónomos"

El emprendedor Francisco del Cid, fundador de Bosquia, pide al futuro Gobierno que no frene la apuesta por la energía verde "ni tale la tarifa plana"

Francisco del Cid, ayer, en Gijón. ÁNGEL GONZÁLEZ

La primera empresa que puso en marcha el joven emprendedor avilesino, pero asentado en Gijón, Francisco del Cid (tiene 29 años), floreció hace casi un año, por mayo de 2018. Desde entonces el negocio ha echado profundas raíces. Nunca mejor dicho: la actividad de Bosquia, que así se llama su compañía, es la de crear bosques para grandes empresas que, lógicamente, estén concienciadas con el medio ambiente. Por ejemplo, cita de memoria que ha plantado 500 árboles en Andalucía para Worten, otros tantos para una entidad financiera, y una cifra muy similar para una importante farmacéutica. Para que la semilla del negocio creciera asegura que fue esencial la llamada "tarifa plana", aquella subvención que permite que los nuevos autónomos, se inicien en el mundo de la empresa pagando una cuota de solo 50 euros. Por eso, apunta que "al nuevo gobierno le pediría que no cortaran esas ayudas". "No es lo mismo empezar así que pagando 350 euros", asegura. Lo dice por experiencia propia. Él comenzó cobrando esa tarifa plana, pero solo durante unos pocos meses. Le pusieron el caramelo en la boca y acabaron quitándoselo después de que en su empresa entrara un nuevo socio. "Pasé a ser autónomo societario y ya no tenía derecho a ella", se lamenta.

El ahorro le hubiera venido bien, aunque asegura que su negocio floreció con una tremenda fuerza. "Empecé haciendo una web y un colega me ayudó a posicionarla bien y ya recibí la llamada de una compañía que quería crear un bosque", explica. Y así el negocio ha crecido y crecido con fuerza durante estos últimos meses. "Este es un sector al alza", señala.

La idea se le ocurrió después de darle alguna que otra vuelta. Tras dejar un trabajo anterior, señala que lo que más le llamaba era montar algo relacionado con la consultoría ambiental. Pero tras una rápida búsqueda por internet se le bajó un poco el ánimo. Había miles de esas consultoras por España. Tenía que diferenciarse de alguna manera de ellas. Llamar la atención. Así que se le ocurrió la idea de plantar bosques para mejorar la conciencia ambiental de las grandes empresas. Funcionó. Ahora, explica, está tratando de darle una vuelta de tuerca al negocio. Quiere, explica, hacer estudios personalizados para calcular la huella de carbono de otras compañías.

Con lo que asegura que no tuvo mucho problema fue con la burocracia a la hora de montar su empresa. "Me ayudó mucho el Ayuntamiento de Gijón y el organismo Tecrea. Entré un día en aquellas oficinas estando en el paro y salí siendo autónomo", señala.

Tan bien le fue la experiencia que unos meses después decidió montar otra empresa. Esta vez de alquiler de maquinaria, más concretamente de "hincadoras", que se utilizan para clavar postes en el suelo para luego levantar centrales fotovoltaicas. "La demanda está siendo brutal", asegura. De hecho, empezaron con una sola de esas máquinas pero ahora ya tienen tres. Ninguna de ellas, resalta, ha pisado Asturias aún. Están constantemente en movimiento por España.

Por todo esto, Del Cid asegura que espera que el Gobierno que salga de las elecciones mantenga la apuesta por la energía verde, "si volvemos al carbón sería como dar un paso atrás". También se queja de que la sensación es que Hacienda le aprieta demasiado las tuercas a las pequeñas empresas, y no es tan exigente con las grandes.

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