Garantizar la libertad de expresión: absolución y reparación de daños a músicos y músicas perseguidos judicialmente por expresarse libremente en sus obras.
Nacionalización de SGAE. Fin del voto ponderado y expulsión de la sociedad de las editoriales. Acabar con los fraudes legales: restricciones a los negocios parasitarios y abusivos como el editorial, acabar con las falsas cooperativas musicales y eximir de responsabilidad a artistas que se hayan visto abocados a trabajar con ellas. Fiscalidad justa que contemple las particularidades del trabajo cultural como la intermitencia. Condiciones laborales dignas: derecho de contratación laboral en todas las programaciones culturales públicas y en eventos privados que cuenten con ayudas por parte de la administración (cesión de espacio público, financiación?). Acabar con las contrataciones mercantiles fraudulentas que obligan a los músicos a convertirse en falsos autónomos.
Y como decía hace poco un compañero, "no estorbar".