La victoria "está cerca", casi la toca con la yema de los dedos, pero "hay un riesgo real". Por eso Pedro Sánchez, llamó ayer a "concentrar el voto en el PSOE. Un mensaje, el del presidente del Gobierno, en el que insistieron, con matices y diferentes versiones, los tres oradores que compartieron cartel, la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra; el candidato a la presidencia del Principado, Adrián Barbón; y la anfitriona, la candidata a la alcaldía de Gijón, Ana González, ante los miles de socialistas que se dieron cita en el recinto ferial Luis Adaro, unos 3.500 según los organizadores. Un mitin en el que Sánchez no tocó ninguna de las asignaturas pendientes en Asturias, como la transición energética o la variante de Pajares; ni siquiera habló del impulso recién aprobado al plan de vías local.
"Pido una enorme movilización para hacer una moción de censura social. Estamos muy cerca de que pase y de que el PSOE logre una amplia mayoría parlamentaria pero hay un riesgo real, que las tres derechas sumen", alertó un Sánchez, que pidió el apoyo a los votantes "de la izquierda, a los progresistas y también a quienes nunca nos han votado, porque visto lo visto, hay un riesgo de involución", afirmó. El presidente del Gobierno no hizo apenas concesiones en su discurso, de 29 minutos, a cuestiones de Asturias. Apenas una breve alusión a la fabada: "Nos califican como la segunda mejor gastronomía porque quienes ponen la nota no han probado la fabada". Y punto.
Cuando quedan tres días de campaña toca hablar de mensajes en clave nacional y a ello se aplicó el presidente del Gobierno, contundente sobre el desafío independentista en Cataluña. "Cuando digo no, es no. En Cataluña no habrá referéndum ni independencia y los independentistas lo que tienen que hacer es dejar de engañar. El problema actual no es de independencia, es de convivencia", mantuvo un Pedro Sánchez que no vaciló en proclamar: "Me siento orgulloso de ser español, que lo escuchen bien alto". Para a continuación defender que él se siente representado " en la España del 8 de marzo, en la que ha logrado la democracia de mayor calidad del mundo", y señalar que quiere un país "donde las mujeres se sientan libres, seguras y vivas; por eso vamos a reformar el Código Penal para erradicar las agresiones sexuales".
El líder socialista se comprometió a blindar las pensiones en la Constitución "para que los mayores no tengan que elegir comer o pagar el recibo de la luz" y se desmarcó de las propuestas de la derecha y ultraderecha, "que ponen en cuestión el actual sistema de solidaridad intergeneracional". Y presumió de que en diez meses de gobierno "hemos demostrado que se puede hacer política económica y social y cuadrar las cuentas" después de asegurar que la Seguridad Social cuenta actualmente con 19 millones de afiliados, la mayor cifra desde 2008.
Pedro Sánchez señaló entre los peligros que supondría "un Gobierno de las tres derechas" el cuestionamiento del Estado de las autonomías, "en el que ahora solo cree el PP". Y en la misma tierra donde los populares y Vox se han comprometido en esta campaña a iniciar "la reconquista de España", el presidente del Gobierno lanzó un reto: "Vamos a reconquistar la esperanza y la ilusión de los españoles". Para ello citó como los tres pilares de su proyecto político la justicia social, la convivencia y la limpieza democrática y señaló como objetivos para la próxima legislatura la regulación "del tránsito digno a la muerte", en referencia a una ley de eutanasia, un compromiso fuertemente aplaudido por los presentes. La eliminación de los aforamientos, la apuesta por la salud bucodental, la reversión de los recortes educativos y la derogación de la LOMCE, "la mayor agresión a la educación pública en 40 años" fueron otras de las promesas señaladas anoche por Sánchez en Gijón.
