Cuando un partido aún con convulsiones internas se ve sacudido por un sismo en modo de mal resultado electoral, es difícil que no llegue la tormenta. El PP asturiano vuelve a mostrar sus heridas con las reacciones a la debacle del 28A: casi 100.000 votos menos y dos escaños perdidos en la región. Todo con unos comicios autonómicos y municipales a la vuelta de la esquina.
Postura uno: pasar página con rapidez. Teresa Mallada, candidata al Principado, no dedicó ayer mucho tiempo a la reflexión pública y optó por mirar al frente con un mensaje de optimismo. "Ayer sufrimos un duro revés, pero el PP ha demostrado siempre que es un partido fuerte, que se crece ante la adversidad, y estoy convencida de que gobernaremos en Asturias y volveremos a ganar en España", publicó en las redes sociales, antes de difundir una idílica foto de familia con todos los componentes de su lista sonrientes y con la costa asturiana de fondo; acompañada de un mensaje: "El PP se presenta al 26M con una candidatura completamente renovada e ilusionante". En su caso, menos reflexión y a mirar directamente a las autonómicas del 26 de mayo.
Postura dos: reflexión y lamerse las heridas. Diferente reacción ha tenido la presidenta del PP de Asturias, Mercedes Fernández, quien no se ha manifestado públicamente aún pero llama a la reflexión y valoración de la debacle electoral. Ayer estuvo "analizando datos y resultados" y hoy participará en el comité ejecutivo nacional de reflexión postelectoral, al que también acudirá Mallada. Igualmente, Mercedes Fernández ha convocado un comité ejecutivo regional para el jueves para analizar los resultados en la región y su posible impacto en las elecciones autonómicas y municipales. Esta convocatoria tiene otra lectura: tras semanas reduciendo la actividad de su ejecutiva, para no entrar conflicto con la candidatura de Teresa Mallada, designada por Génova, la dirección de Fernández encuentra en el fracaso electoral un espacio o un motivo para volver a tomar protagonismo y poner maquinaria en marcha.
Tras la reflexión está por ver si Mercedes Fernández, u otros sectores distanciados de Casado en el partido, realizan algún movimiento. Lo cierto es que ayer, entre algunos grupos afines a la presidenta regional y damnificados por las decisiones sobre el PP asturiano tomadas por Génova, no se andaban con medias tintas: "Casado debe dimitir". Algunos incluso se escondían poco para decirlo. Desde el sector de Fernández también se lanzan dos ideas: recalcan que el equipo de Mallada "metió baza" en la lista de Gázquez y que "ellos están achacando parte de la debacle a la coalición con Foro, ¿y quién la decidió?", recuerdan en mención a Casado.
Difícil campaña. A ello se une que Paloma Gázquez, que en ningún momento ha querido entrar en la guerra interna ni ha elevado la voz, ha sufrido una campaña complicada, en la que, debido a la deficitaria coordinación con la aspirante autonómica, sufrió algún roce. De hecho, Génova recordó en su día a Mallada que antes que las autonómicas iban las generales. Mallada siguió el escrutinio del domingo en la sede del PP pero no arropó a Gázquez en el hotel habilitado como "cuartel general".
