Pablo Casado sacó ayer el fondo de armario ante la recta final de la campaña. Tras anunciar que recuperará como ministros a figuras de los gobiernos de Rajoy, como Ana Pastor, el presidente popular llevó consigo a Barcelona a Rosa Díez, que con su cercanía al PP completa un viaje por todo el arco parlamentario.

La que fuera líder de Unión Progreso y Democracia (UPyD), que rechazó una fusión con el partido de Rivera antes de que Ciudadanos la borrara del mapa político, se muestra desde el verano muy nostálgica de su pasada actividad. Antigua diputada y europarlamentaria del PSOE, a los 67 años Díez muestra querencia por el Congreso, según confesó en un encuentro con el PP cuando la repetición electoral tomaba cuerpo. El malestar público de los populares vascos sirvió para que Casado desistiera de toda tentación de incorporarla a sus listas. Pese a ello, ayer estaba en Barcelona junto al líder popular y junto a la candidata Cayetana Álvarez de Toledo, quien amadrina su acercamiento al PP. Ahora se encuentra en esa órbita porque le "da la gana", desafió Díez. "Estoy aquí porque quiero que tú ganes las elecciones", matizaría después dirigiéndose a Pablo Casado.

Fue un acto político reducido, como todos los de los populares en Cataluña. En el Museo de Historia de Barcelona, otro espacio en apariencia poco propicio por el peso excesivo del pasado en un territorio ya de por sí muy hostil, Díez era la telonera de lujo, que se autopresentó como "sin carné" pero "no neutral". El PP "ha aprendido de los errores del pasado y no va a caer en el apaciguamiento del nacionalismo", atestigua la que fuera cabeza de UPyD. Aludió a Sánchez sin citarlo al denunciar que "quien gobierna en España es el candidato de los enemigos de España y no del PSOE". Por eso está convencida de que se acabó la farmacopea socialista y "no va a haber ni más valium ni más ibuprofeno ni más entreguismo ni a los nacionalistas ni a los enemigos de España".

Álvarez de Toledo, la única diputada del PP en Cataluña, es para Casado un recuerdo permanente de la dificultad de gobernar España sin ampliar su presencia parlamentaria las circunscripciones catalanas. Los sondeos anticipan que la portavoz popular en el Congreso conservará su escaño, aunque hay dudas de que tenga compañía. Álvarez de Toledo buscaba ayer votos entre aquellos electores del PSC en trance de duda y denunciaba a los socialistas catalanes como "infiltrados" del nacionalismo.