¿Se dio cuenta usted ayer del insoportable cruce de ruidos que había en el entorno de su mesa electoral? ¿No le chirriaron los oídos mientras votaba? Pues vamos a darle una buena noticia: si no oyó nada estridente, es que usted tiene buen oído. Muy distinto fue el panorama que se encontraron las personas con déficit de audición, y particularmente las que llevan en sus oídos audífonos o un implante coclear.
Miren lo que le sucedió a Marisa Platón Calvo, matrona jubilada, cuando se dispuso a votar en su colegio de Oviedo. "Con los ruidos que hay, no me aclaraba para encontrar mi mesa; un policía, el pobre, se portó de maravilla, pero no le entendía nada. En situaciones así te pones muy nerviosa", explica. Le sucedió lo habitual en estos casos: "Cuando decimos a alguien: 'oye, mira, soy sorda', la gente te habla alto; y lo que necesitamos es que nos hablen más despacio y vocalizando un poco mejor".
Marisa Platón perdió la audición en sus dos embarazos. Hoy lleva un implante coclear en el oído izquierdo y un audífono en el derecho. Pese a todo, ayer lo pasó fatal. "Al final, el interventor de un partido me vio muy perdida, me preguntó y todo terminó bien".
Un rato más tarde, Marisa Platón se dirigió al centro social de Vallobín, también en Oviedo, donde estaba disponible un bucle magnético. En toda la capital del Principado había dos: uno en Vallobín y otro en el colegio La Ería. Se había acordado que ambos dispositivos serían trasladados a otros colegios si alguien los reclamaba.
¿Qué es un bucle magnético? Puede definirse como un limpiador de ruidos de la zona en la que está ubicado. "Con el bucle magnético, la persona que habla emite el sonido directamente a mi audífono, y ese sonido es muchísimo más claro para mí. De esa manera, puedo entenderme", señala Charo García Cañedo, también enfermera jubilada que trabajó en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y el centro de salud de Otero (Oviedo). Lleva un audífono en cada oído desde hace cinco años. Cuando tenía 61, sufrió los efectos de una sordera súbita de causa desconocida. Bruscamente, perdió el 85 por ciento de la audición en ambos oídos. ¿Qué sucede cuando una persona con sus condicionantes entra en un colegio electoral? "A veces te surgen dudas, tienes que consultar algo y, cuando te diriges a la persona con la que quieres hablar, hay ruido ambiente, como aquí ahora. Ese ruido queda cogido por los audífonos y mi interpretación queda disminuidísima", puntualiza Charo García Cañedo.
Elena Elola Pastor estudia tercero de Enfermería. Lleva un implante coclear en el oído derecho desde que tenía veinte meses de edad. "Desde pequeña aprendí a oír y a hablar, y tengo una vida más o menos normal", relata. Para seguir las clases en la Facultad dispone de un aparato de frecuencia modulada, algo así como "un micrófono que le doy al profesor y que se conecta con el implante y me permite oírlo mejor y tomar apuntes".
Elena es hija de Teresa Pastor, presidenta de la Asociación de Padres y Amigos de Deficientes Auditivos de Asturias (Apada), entidad que aglutina a unas 400 familias y que hoy celebra en el Palacio de Congresos de Oviedo el 25º aniversario de su puesta en marcha. "En Asturias hay unas 3.000 personas con déficit auditivo", señala. Y agrega: "Ser sordo no es muy grave, pero incapacita mucho a las personas y las aísla". A su juicio, "debería haber bucles magnéticos en muchos más lugares, como ventanillas de las administraciones públicas, aeropuertos, eventos artísticos...". Y apostilla Teresa Pastor: "A las personas sordas, un dispositivo como éste les da media vida".
