La de ayer fue una noche agridulce en la sede madrileña del PSOE: respiro por una victoria más corta que en abril y decepción por el retroceso que los aleja mucho de las expectativas que alimentaban al comienzo de la campaña. La celebración del éxito fue contenida, como corresponde a las circunstancias. Un Pedro Sánchez circunspecto anunció ante dos centenares de militantes que desde hoy buscará apoyos para un nuevo Ejecutivo y tocará a la puerta de todos los partidos "salvo a los que se autoexcluyen de la convivencia y siembran el discurso del odio y de la antidemocracia", en alusión al secesionismo y a Vox. "Ahora sí o sí vamos a conseguir un gobierno progresista", anunció.

En un escenario habilitado a las puertas de Ferraz, el candidato pidió al resto de los partidos que actúen con "generoridad y responsabilidad". "La democracia nos convocó a las urnas y ahora trabajaremos por ese gobierno progresista liderado por el PSOE", apuntó el líder socialista. Sin asomo de autocrítica hizo balance para constatar que "hemos ganado las elecciones por tercera vez este año: el 28 de abril, el 26 de mayo y el 10 de noviembre". Ahora su plan, insistió, "no es seguir ganando elecciones", sino "formar un Gobierno estable y hacer políticas en beneficio de la mayoría".

Al igual que en abril marcaban la orientación de los futuros pactos al proclamar "Con Rivera, no", anoche los congregados en la sede Ferraz corearon "Con Casado, no" y "Con Iglesias, sí". Un grupo de las Juventudes Socialistas insistía en el pacto con Iglesias con pancartas bien visibles. Personal del partido les pidió que dejaran de mostrarlas, tras lo cual se fueron. Además, los militantes del PSOE hicieron ondear banderas de España en las que se podían leer, las palabras "de todos". Durante el escrutinio, el candidato Pedro Sánchez ha seguido el desarrollo de la jornada en la sede madrileña de Ferraz con el Comité Electoral, la Ejecutiva Federal y miembros de su Gobierno.

En su intervención para celebrar la victoria, que sólo llegó con el total de los votos escrutados, Sánchez estuvo flanquedo por de la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo; la presidenta del PSOE, Cristina Narbona; el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos; la vicesecretaria general, Adriana Lastra; el secretario de Coordinación Territorial, Santos Cerdán, y la mujer de Sánchez, Begoña Gómez

El PSOE pierde tres diputados y casi 800.000 votos.Con el cien por cien escrutado, los socialistas, que obtuvieron el 28 por ciento del voto y 120 escaños, se dejan un diputado en Madrid, otro en Cantabria que obtiene Vox, uno más en Navarra que pasa a Bildu, otro en Baleares y un escaño en la circunscripción de Ceuta, que también pasa a Vox. Por contra el PSOE gana un escaño en Huesca y otro en la circunscripción de Huelva.

Los socialistas no vieron cumplidas sus aspiraciones de inicio de precampaña cuando pensaba llegar a los 140 diputados.

Con una participación del 69,9 por ciento, sólo dos puntos menos que en abril, lo socialistas no logran que su mensaje llegara al electorado. Durante la campaña, el candidato Pedro Sánchez pidió, una y otra vez, que se concentrara el voto en el PSOE para gobernar sin hipotecas, y que en la próxima legislatura hubiera un Gobierno progresista y estable.