El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, anunció anoche la convocatoria de un congreso extraordinario de la formación para que la militancia fije el "nuevo rumbo" tras el descalabro electoral de ayer, que supone la pérdida de 47 escaños, entre ellos los de gran parte de la cúpula del partido, y 2,5 millones de votos. "Tengo claro que los éxitos electorales son de todos y que los fracasos son de los líderes", dijo Rivera, que evitó aclarar cuál será su futuro en la formación. Aunque del tono de algunas de sus afirmaciones se podría inferir que piensa dejar al presidencia, algunos analistas políticos interpretan ya el anuncio de un congreso extraordinario como una "patada hacia adelante" del dirigente naranja.

"Los ciudadanos han querido más Sánchez, pero también más Vox y menos centro político", afirmó Albert Rivera en la sede de la madrileña calle de Alcalá, flanqueado por Inés Arrimadas; por el secretario general, José Manuel Villegas, y por otros dirigentes que desde las 20.15 horas acompañaron en la segunda planta del edificio al líder de Ciudadanos en el seguimiento del escrutinio y del contundente fracaso del partido. Solo ocho meses antes, Rivera y sus seguidores celebraban en el mismo lugar el salto cosechado en los anteriores comicios: de 32 a 57 diputados. "No voy a hacer como Sánchez, que dijo que había obtenido un resultado histórico tras haber dejado al PSOE con 85 diputados (en 2016), o como otros que pasaron por alto haber perdido 70 escaños (en alusión al resultado del PP de Pablo Casado el pasado 28 de abril). Nuestro resultado es malo sin paliativos, sin excusas", dijo Albert Rivera. Y anunció su siguiente paso: "Ante ello, he convocado para mañana un comité ejecutivo en el que plantearé la celebración de un congreso extraordinario para que los militantes tomen las riendas de Ciudadanos y marquen un nuevo rumbo".

Presumiblemente un rumbo distinto al que ha llevado a la formación naranja a pasar de ser la tercera fuerza política española a la sexta, reducida a diez parlamentarios y con un castigo que los electores no suavizaron ni en las comunidades autónomas donde Ciudadanos han entrado en los gobiernos mediante alianzas con el PP (Madrid, Andalucía, Castilla y León y Murcia).

En la alusión al "nuevo rumbo" y en el tono general de la intervención de Albert Rivera podrían interpretarse señales de que no buscará la continuidad en el liderazgo del partido. La forma en que inició su alocución incluso indujo en un principio a pensar que anoche mismo iba a hacer pública su dimisión. "Asumo toda la responsabilidad" por el resultado, afirmó. Sin embargo, finalmente Rivera no hizo referencias explícitas a su futuro político, a la espera de lo que ocurra hoy durante la reunión del comité ejecutivo, donde solo hay una minoría de dirigentes críticos con la estrategia que ha desplegado en estos meses el líder y fundador de Ciudadanos.

Rivera afirmó también que asume "lo que han votado los españoles", agradeció el apoyo de los 1,6 millones de electores que optaron por su formación (4,15 millones el 28 de abril) y remarcó que aboga por "la honradez en la política, algo a lo que los políticos no están acostumbrados".