Pedro Sánchez advirtió ayer a ERC que PSOE y Podemos son los únicos partidos que defienden el diálogo para resolver la "crisis" en Cataluña. El líder del PSOE buscó atraerse a Esquerra con esta advertencia, al poco de saber que los republicanos se mantienen en el "no" a su investidura porque no ven "indicio alguno" de que los socialistas "vayan a abandonar la vía represiva".

No obstante, Sánchez mandó una señal a ERC al defender el diálogo "dentro de la Constitución" que su partido y Podemos proponen para resolver la "crisis política" o "territorial" de Cataluña, evitando así repetir su diagnóstico habitual de que en esa comunidad hay una "crisis de convivencia", como reza el texto del preacuerdo firmado con Podemos y que tanto ha disgustado a Esquerra.

El encuentro que mantuvieron ayer en el Congreso la "numero dos" del PSOE, Adriana Lastra, y el portavoz de ERC en la Cámara baja, Gabriel Rufián, terminó con un nuevo "no" de los republicanos. Esquerra insiste en reclamar una "resolución política del conflicto" a través de una "mesa de negociación", pero abogando, al tiempo, por mantener los contactos con los socialistas.

El hombre fuerte de Esquerra y vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, situó el "punto de partida" de esa negociación -sin la cual no se abstendrán ante Sánchez- en el "pacto del Palacio de Pedralbes" (diciembre de 2018), después de cual se abrió un proceso para formalizar una mesa de partidos catalanes y estatales que atrajo durísimas críticas sobre Sánchez cuando los independentistas propusieron la presencia en las conversaciones de un "relator" para que ninguna de las dos partes pudiera desdecirse de lo acordado.

Sánchez respondió ayer a la petición de Aragonès arguyendo que "los primeros que tienen que hablar son los catalanes: hay una mesa en el Parlament que tiene que ser activada por los líderes independentistas, que tienen que hablar con la parte no independentista de Cataluña". Y, en cualquier caso, preguntó a ERC "qué alternativa" propone. "¿Qué Gobierno querrían" tener los republicanos, si niegan su apoyo al Ejecutivo que formarían los dos únicos partidos favorables al diálogo.

En rueda de prensa con el futuro presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, apeló a la "responsabilidad" y a la "generosidad" de los demás partidos para que no bloqueen el preacuerdo con Unidas Podemos. Pero no confirmó si, como anunció en el debate del día 4, reformará el Código Penal para prohibir los referéndums ilegales, iniciativa con la que ERC también ha sido muy crítico.

En este contexto afloraron las primeras voces socialistas críticas o recelosas. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, respalda el preacuerdo, pero no quiere depender de los independentistas, aunque eso no signifique "que no se deba hablar". El expresidente de Extremadura Juan Carlos Rodríguez Ibarra amenazó con irse del PSOE si el partido y Podemos se apoyan en los independentistas. Y el expresidente Felipe González advirtió que nunca aceptará un acuerdo de Gobierno que suponga "romper las reglas de convivencia" y de igualdad entre españoles.