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LA MIRADA CÓMPLICE SOFÍA CASTAÑÓN | cabeza de lista al congreso por unidos podemos

Creer que se puede

Clari Fernández Carbajal, la madre de la pareja de Sofía Castañón, traza el perfil de "una luchadora capaz de sacar adelante cualquier proyecto que se plantee"

Sofía Castañón y Clari Fernández, en las inmediaciones del colegio público Jovellanos de Gijón. JUAN PLAZA

Una reunión familiar. Las dos bisabuelas del hijo de Sofía Castañón hablan de los hombres. Que si "ya sabes cómo son", que si "hay que aguantar", que si "todos esos tópicos de la gente de otra generación". "¿Cómo?". Sofía "saltó como una escopeta, paró la conversación", se metió en medio, las reconvino y sin llegar a convencerlas del todo se retrató a sí misma. "Esa es Sofía". Clari Fernández Carbajal es la madre de la pareja de la candidata de Unidos Podemos -"suegra es una palabra muy fea"- y ha recuperado aquella reacción de la política gijonesa para ilustrar un perfil trazado con inamovible admiración. En el retrato le sale una "luchadora con las convicciones muy fuertes, con los pies en el suelo y una voluntad que da la impresión de servir para sacar adelante cualquier proyecto que se le plantee". Ni siquiera su defecto es "propiamente un defecto" a los ojos de Clari, que sólo encuentra la mínima imperfección de que "tal vez siempre dice las cosas como las piensa", caiga quien caiga, sin cálculos estratégicos, con una sinceridad demoledora "muy extraña en estos tiempos".

Escoger a la suegra para que hable bien de una a diez días de presentarse a las elecciones podría exponer a un riesgo, pero este retrato no corre peligro a manos de los tópicos. Si puede elegir, Clari prefiere ser "madre sustituta" antes que suegra y para empezar a hablar dirá: "La admiro profundamente, aparte del amor que siento por ella, porque la vi crecer" desde que tenía 15 años y entró en su casa. "Aquel día lo recuerdo perfectamente, con los libros entre los brazos y una timidez y una dulzura que me encantaron". Aquella adolescente estudiaba en el Instituto de El Coto y había conocido al que luego sería su pareja en una actividad extraescolar de creación audiovisual que luego marcó las trayectorias profesionales de los dos. "Era la primera chica que entraba en casa. Dije: 'Ésta pa mí'". Clari Fernández, gijonesa, diplomada en Magisterio, ejerce en casa al cuidado "de tres generaciones" y está aquí contando cosas de la compañera sentimental de su hijo por cercanía, porque para su retrato personal Castañón buscaba alguien que cargase peso, que conociese los sacrificios de la madre de un niño que no tiene cuatro años, que vea su agenda y sepa hasta qué punto "es muy complicado" llevar la carga de la compatibilidad de la política con todo lo demás. "Como madre, yo lo comprendo perfectamente".

Lo entiende como entendió en su día, teniendo en cuenta el perfil personal que viene de dibujar, que Sofía diese con sus huesos en las listas de candidatos de Podemos al Congreso de los Diputados. "Era perfectamente lógico, además de muy noble. No me sorprendió absolutamente nada. Está comprometida con la situación del país y tiene los pies sobre la tierra. Era autónoma con una empresa, en estos días te puedes imaginar..." A la política novata, desvela su "madre sustituta", se le hizo corta la campaña electoral del 20-D, la primera suya en primera línea. Sofía Castañón es la menos experta de los cabezas de cartel de los cuatro grandes partidos en Asturias "y es lógico", opina Clari, "que a medida que pasa el tiempo se vaya sintiendo más cómoda y cogiendo más rodaje. En las otras elecciones llegó a echar de menos alguna semana más de campaña".

Por nueva, todavía la ha visto poco en la lejanía a veces deformante de los medios de comunicación, pero a esa distancia también "es ella". No hay duda. "No hay matices, ni cortapisas, ni capas. Es transparente". En el juicio influye la afinidad, porque Clari también está en el proyecto. En el de "los pies en la tierra. Porque veo a mi alrededor situaciones sangrantes, mujeres separadas y madres de dos hijos que sobreviven con una ayuda de cuatrocientos euros, hijos con carreras y másteres mantenidos por unos padres con situaciones personales dificultosas? ¿Cómo no voy a estar de acuerdo?". Entiende el salto al charco porque no entiende la actitud del espectador pasivo ante las cuestiones que atañen a todos: "Todo lo que nos rodea es política", asegura. "Sólo la gente ignorante dice que no entiende de política".

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