La diferencia fue el selfie. El selfie que, a las 00.08 horas del lunes, subió la edil Covadonga Díaz a su Twitter. En la imagen, todo caras de satisfacción. En el centro, con camisa amarilla, el líder Agustín Iglesias Caunedo arropado por concejales, asesores y amigos. El PP local compartiendo su felicidad sin complejos por unos resultados que, con casi 51.000 votos (5.000 más), le sitúan indiscutiblemente como primera fuerza política de la ciudad.
La diferencia fue el selfie porque, hace seis meses, el PP también ganó sobrado en la ciudad, y ni hubo selfie, ni felicidad compartida, ni apenas reacciones. Nadie en el PP de Oviedo presumió entonces de la victoria como se hizo ayer. Eran otros tiempos: con el juzgado a la vuelta de la esquina y Caunedo con la mitad de oxígeno. Hoy, a pesar de reveses como el de Calatrava o Villa Magdalena, la presión no es la misma y el panorama se ha suavizado. Y las victorias se pueden celebrar. "Hay una tendencia creciente a favor. Hemos ganado en todos los barrios del casco urbano. La estructura local del partido se siente reforzada", dijo ayer Caunedo en su despacho. "Los ovetenses llevan un año de tripartito y quieren diálogo y moderación frente a extremismo. Quieren un gobierno que gobierne, no que haga oposición", añadió, aunque admitió que "no se pueden extrapolar datos de las generales a las municipales".
Quien sí pide hacerlo, tener en cuenta el resultado, son los representantes de Podemos e IU. La alianza de izquierdas, segunda fuerza, sacó 5 puntos menos que yendo cada uno por separado. Ambos reconocieron los "malos datos" y coincidieron en la necesidad de "revisar" su pacto. No romperla. Revisarla. "A nivel electoral hay que revisar la coalición. Pero no es una de las causas de los resultados", dijo Rubén Rosón, secretario general de Podemos en Oviedo. Rosón achacó los malos datos al "discurso del miedo" del PP y al "Brexit", habló de "ilusión, esperanza y futuro" y reivindicó a Somos como alternativa al PP en el municipio.
IU admitió que "no puede haber una traducción mecánica a lo municipal" y pidió a sus socios en el gobierno (PSOE y Somos) "no desentenderse" de los resultados porque "hay un 55% de base electoral conservadora". Su coordinador, Alejandro Suárez, fue más allá y exigió la puesta en marcha de una nueva "estrategia política" que "ponga fin a una imagen de desunión de la izquierda en el Ejecutivo". En un claro mensaje al Alcalde, Suárez pidió "fijar" un "liderazgo conjunto" con "proyectos comunes" que "no debe pivotar sobre los errores del otro". Sobre la alianza con Podemos, Suárez abrió la puerta a revisarla "partiendo de la base de que la izquierda tiene que actuar y cooperar conjuntamente". Y avisó: "Defenderé la independencia política y orgánica de IU".
El alcalde, Wenceslao López (PSOE) lamentó que la derecha "salga reforzada" pero reivindicó al PSOE (que subió 1.200 votos en la ciudad) como referencia de la izquierda "alternativa solvente" para liderar el cambio. Luis Pacho, líder de Ciudadanos, señaló que los 3.000 votos perdidos es un resultado "mejor del esperado".
