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La campaña más dura de Llamazares: "No es país para serios, pero Actúa sigue teniendo sentido"

El exdiputado, sin escaño por primera vez desde 1991, asume "una sensación de vacío" mientras reivindica "la vocación política" frente a la "agitación"

Gaspar Llamazares. LUISMA MURIAS

Vaya por delante que no se arrepiente, pero confiesa que tener que intentar que se le oyera entre el ruido del "frikismo", del estruendo del fuego cruzado entre nacionalismos y de "la estrategia del PSOE para gestionar el miedo" hizo que la campaña electoral fuera para Gaspar Llamazares "la más dura de mi vida". Y lleva unas cuantas. El proyecto de Actúa no consiguió la visibilidad que el exdiputado asturiano quería, se quedó corto y sin escaño, con 30.448 votos y la sensación de "agotamiento psicológico" de alguien que no ha conseguido espacio en el "procedimiento electoral" para hacerse oír, pero que no ha dejado de pensar que "sigue siendo ineludible buscar espacios de izquierda seria, reivindicar el paso de un periodo de agitación y crispación a otro en el que se premie la vocación de estabilidad, seriedad y diálogo, la buena política, la vocación política".

Asume que el clima de una convocatoria electoral era "el más desfavorable", pero también que si no se presentaban a las generales "no íbamos a existir" y que "el proyecto de fondo sigue teniendo sentido". Aunque "el momento populista no haya pasado", aunque sea consciente de que esta España "no es país para serios que reivindiquen la política..."

Mientras enfoca la proa de Actúa hacia las europeas y municipales del 26 de mayo, en las que no concurrirá por Asturias "para no confrontar con IU", el excoordinador general de la coalición vive su primera etapa sin escaño desde 1991 con "una sensación de vacío, de inquietud, de cambio no sólo político, sino personal". Por ahora, afirma, "estoy muy ocupado con Actúa", pero se pregunta qué ocurrirá tras el 26M. "Más que dirigente político, que también, buena parte de mi vida he sido sobre todo parlamentario y, era lo que más me gustaba. Mi ilusión siempre fue explicar y dirigir con la palabra, y explicarme lo que pasa, pero las circunstancias cambian", se resigna.

Puede que Unidas Podemos, la confluencia con Podemos que en parte le impulsó a dejar IU "haya salvado los muebles" en las generales, reflexiona Llamazares, "pero no es un asunto menor haber perdido una parte de los apoyos ni convertirse en aquello de lo que tanto se nos acusaba a nosotros, en el apoyo del PSOE? Para ese viaje no hacían falta las alforjas del 'sorpasso' o del régimen del 78", anota el dirigente, que percibe un movimiento de trasvase de votantes inverso al de hace algunos años: "Después de que los desencantados del PSOE recalaran en Podemos, ahora parece que los son los desencantados de Podemos los que han vuelto al PSOE".

En Asturias, yerra en opinión de Llamazares quien vaticine una traslación mecánica del resultado de las generales como método de predicción para el de las autonómicas. "Si lo hacen bien, la mayoría de la izquierda está al alcance de la mano, pero más valdría no confiarse, porque el PSOE ha movilizado voto más allá de las virtudes de sus candidatos y en Asturias tendrá que explicar su gestión autonómica y queda la incógnita de si Podemos Asturies, que hasta ahora no ha sido una fuerza colaboradora dentro de la izquierda, va a estar dispuesto a colaborar".

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