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Dramaturgo, mañana estrena en Avilés "¿Y si nos enamoramos de Scarpia?"

Albert Boadella: "Añoramos líderes como Felipe González, incluso Aznar, que sabían mandar y decir no"

"Cataluña es un niño mimado en todos los sentidos y los niños mimados el día que se enfadan queman la casa, con los padres dentro si hace falta"

Albert Boadella, ayer, en el teatro Palacio Valdés de Avilés. MARA VILLAMUZA

A Albert Boadella (Barcelona, 1943) lo que le interesa es el arte, el teatro y ahora, especialmente, la música que va directamente al corazón sin pasar por el cerebro, pero afirma que como ciudadano se ha visto en la obligación de asumir su responsabilidad y tomar posición política. En 1981 se atrevió con Jordi Pujol, en "Operación Ubu" y anticipaba las consecuencias del adoctrinamiento en el independentismo catalán. Décadas después insiste: "Han sido generaciones absorviendo el odio a España, y eso es ahora lo único que une a los independentistas". Ahora, dice, el Estado tiene que elegir: independencia o suspensión de la autonomía.

- La presidenta de la Asamblea Nacional Catalana sostiene que la violencia visibiliza el independentismo en el mundo. ¿La violencia es una puesta en escena para Europa y el mundo?

-La Unión Europea ha dado la espalda al independentismo catalán porque un antecedente así conduciría a la destrucción de Europa. Ese es el talón de Aquiles de todos los países. Es lógico que el independentismo catalán haya pensado que su estrategia pasa por convencer a Europa. A la mínima imagen de violencia en los medios, el culpable sería el Estado y ellos las víctimas. El problema es haber llegado hasta aquí.

- ¿No intervenir antes?

-Claro, claro. Hay una inmensa responsabilidad de los sucesivos gobiernos del Estado español por haber consentido a este niño mimado. Cataluña es un niño mimado en todos los sentidos, económico, social, cultural... y los niños mimados el día que se enfadan queman la casa, con los padres dentro si hace falta.

- En los años del terror vasco el independentismo catalán era un ejemplo de convivencia. Ahora, salvando la distancias, el modelo es el País Vasco.

-En esto hay una figura clave que es Pujol, un hombre que trabaja camuflado, construye toda la estructura educativa, las asociaciones, los medios de comunicación... La fuerza brutal de los crímenes de ETA hacía pensar que aquello era lo más grave, pero no era así. A los crímenes de ETA respondió el Estado, con las fuerzas de seguridad y la unidad de los partidos, especialmente PSOE y PP, con sus propias víctimas. Un frente constitucionalista y un frente aberztale.

- ¿Dónde están los políticos que toman decisiones?

-Para un político la palabra no es casi un tabú. Nadie quiere enfrentarse francamente al problema. Cuando parecía que sí, con el 155, no sirvió más que para que se convocaran unas elecciones y el independentismo subiera más. Con la sentencia lo mismo, ¿cómo es posible que el Supremo haga dejación de su capacidad de regular el sistema penitenciario de los condenados y lo pase a Cataluña, sabiendo que el señor Torra les puede dar el tercer grado en pocos días? Ahora iría muy bien tener una mayoría absoluta, el consenso no sirve más que para relegar el problema.

- El barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas detecta una subida del PSOE en intención de voto; Vox sigue en ascenso, avivado por el conflicto nacionalista...

-Casi me atrevería a decir que ya era hora de que en España hubiera un partido de derechas. Hasta ahora no existía, todo el mundo ha escorado hacia la socialdemocracia y el centro, todos. Parece que España empieza a ser un país normal. Hay gente que piensa que la vida la puede solucionar de esta forma, puedo no estar de acuerdo. ¿La subida del PSOE? Yo creo que es un error, no por el PSOE sino por la persona. No es la adecuada.

- ¿Un político español que merezca su respeto?

-Respeto todos. Seguramente añoramos líderes como Felipe González e incluso al propio Aznar, que mandaban, sabían decir sí o no. Yo soy de los que piensan que el hábito hace al monje y que cuando un político accede al mando puede mostrar unas cualidades que no somos capaces de apreciar en el día a día. Hay gente de talento en todos los partidos, el señor Casado me parece un hombre de talento, como el propio Rivera, incluso me atrevería a decir que el presidente de Vox, que es un hombre de carácter, pero todos quedan ahogados en la mediocridad. Muchos podrían ser presidentes, no se necesita mucho: sentido común, trabajar para los demás, astucia, conocer la historia... Yo participe en la fundación de Ciudadanos.

- Y tengo entendido que eligieron al presidente, Albert Rivera, por orden alfabético.

-Sí, sí, sí. Y fue sorprendente porque el azar acertó, y el primer discurso que hizo en el partido fue magnífico. Lo acusan de veleta pero eso es muy importante, porque puede facilitar la gobernabilidad. Ahora, no hay quien resista una campaña en contra de los medios como la que han lanzado contra Ciudadanos, estás perdido, y el único error es no haber sabido preverla.

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