Las primeras excavaciones realizadas en el castro de Pena Aguda sitúan el castro durante la primera mitad del primer milenio antes de Cristo, probablemente entre el año 850 y el 500 a. C., lo que permite confirmar que se trata de uno de los más antiguos de Asturias. Ésta es una de las conclusiones que han presentado los responsables de la excavación arqueológica durante una jornada que se ha celebrado en el Aula del Oro de Belmonte de Miranda.

Las excavaciones, promovidas por la Fundación Valdés-Salas con el patrocinio de Orovalle Minerals, y la colaboración del CSIC a través del proyecto "Corus", se iniciaron en el verano de 2017 y se enmarcan en el proyecto "Beriso", cuyo objetivo es ampliar el conocimiento sobre las poblaciones mineras más remotas, su tecnología y su hábitat, así como explorar el potencial de dichos yacimientos como producto cultural y las actuaciones necesarias para su rentabilización turística.

Se trata de un proyecto plurianual con el que se pretende mejorar el conocimiento de la actividad minera durante la Edad del Hierro y la época romana.

En el acto de presentación de los resultados participaron Rosa Rodríguez, alcaldesa de Belmonte de Miranda; María Álvarez, directora de Extensión Universitaria de la Universidad de Oviedo, y Gabriel Cobos, director de Asuntos Corporativos de Orovalle.

Los resultados de los trabajos fueron explicados por Ángel Villa Valdés, arqueólogo del Museo Arqueológico de Asturias; Miguel Ángel de Blas, catedrático de Arqueología de la Universidad de Oviedo, y Rubén Montes, doctor en Arqueología.

Las dataciones proporcionadas por un laboratorio norteamericano han confirmado que el castro de Pena Aguda se encuentra entre uno de los más antiguos de la región y fue ocupado durante la primera mitad del primer milenio antes de Cristo, probablemente entre el año 850 y el 500 a. C.

Su localización constituye el testimonio del asentamiento estable de grupos humanos en un lugar de fácil defensa e intensamente fortificado.