El IES Valle de Aller, en Moreda, es todo un ejemplo de sostenibilidad, innovación y desarrollo. Su apuesta por las nuevas tecnologías y el desarrollo, así como el reciclaje y la reutilización les ha colocado no sólo en el mapa regional, sino también en el europeo, ya que el centro fue finalista en la categoría de entidades educativas de los IX Premios Europeos de Prevención, que se fallaron el pasado 22 de mayo en Bruselas. El objetivo de los mismos es promover una reflexión colectiva sobre la necesidad de reducir la generación de residuos y sus componentes más tóxicos, algo que pasa por el ecodiseño de productos y el consumo sostenible, así como por evitar el desperdicio de alimentos y promover la reutilización, la reparación o la donación solidaria de objetos usados.

La candidatura asturiana en el certamen compitió en su categoría con el IES Comte de Rius, de Tarragona, el cual presentó una iniciativa para desarrollar dispositivos médicos y ortopédicos con materiales reutilizados, y con el Carluke Primary School, de Escocia, que diseñó un proyecto de prevención de residuos alimentarios. Finalmente, se impusieron los catalanes.

El centro allerano fue elegido entre decenas de proyectos de toda Europa por un jurado especializado en sostenibilidad y educación ambiental. Su trabajo "El desarrollo sostenible comienza con la educación" incluyó, entre otras actividades, una campaña para promover el reciclado y la reducción con la elaboración de materiales educativos, un concurso de carteles para concienciar sobre el consumo responsable y la lucha contra el despilfarro de alimentos, la recogida solidaria de enseres a beneficio de la Fundación Social Emaús y buenas prácticas para poner en marcha desayunos cardiosaludables y con menos residuos. Asimismo, elaboraron diferentes materiales y comprobaron su aplicación en el día a día, y analizaron la obsolescencia -muchos aparatos se han diseñado para que se estropeen- buscando cómo evitarla.

Este proyecto de reducción, reutilización y reciclaje de residuos con el que el centro fue seleccionado se desarrolló en gran parte en el marco de la Semana Europea de la Prevención de Residuos, que en Asturias coordina el Consorcio para la Gestión de Residuos Sólidos (Cogersa), presidido por Fernando Lastra, que se celebró del 18 al 26 de noviembre. Una convocatoria que cuenta con el respaldo de la Comisión Europea, a través del programa "Life+", y en ella participan todos los países de la Unión Europea y otras cinco comunidades españolas.

Compromiso con el reciclaje desde el inicio del curso

Premios y distinciones aparte, toda la comunidad educativa del IES Valle de Aller ha adquirido un firme compromiso con la "Triple Erre" -reducir, reutilizar y reciclar-, el cual está vigente desde el inicio del curso académico. Aunque durante la citada Semana Europea de la Prevención de Residuos se intensifican las actividades, sus proyectos e iniciativas se suceden a lo largo de todo el año. Pertenecientes a la "Red de Escuelas por el Reciclaje de Cogersa", destacan sus programas de salud, medio ambiente y alimentación, así como los de reducción y de reutilización. Diego Fernández, jefe de estudios del IES, destaca que el profesorados debe predicar con el ejemplo y por ello, desde el inicio del curso, todos ellos se organizan para ir juntos en coche, o andando si es posible, intentando así que el número de vehículos con los que acudan cada día al centro sea el menor posible. Una iniciativa con la que reducen gastos y emisiones, y que intentan inculcar en su alumnado. "Cuando se celebra la Semana Europea de la Movilidad siempre les explicamos en qué consiste y les animamos a que participen acudiendo a clase a pie", señala Fernández.

Otro de sus proyectos en pro de la sostenibilidad es la supresión de las comunicaciones vía papel entre profesores y estudiantes. Todo es online. "Tenemos habilitada una cuenta de Google Drive y todo lo subimos ahí", cuenta Fernández, quien también desvela que el papeleo con los padres también tiene los días contados. "Utilizaremos una aplicación móvil para comunicarnos con las familias que lleva unas semanas en periodo de pruebas, aunque esperamos implantarla ya para el próximo curso", revela. Asimismo, las tutorías se realizan a través de internet. A esto debe añadirse la utilización de papel reciclado para fotocopias o notificaciones. "Algunos hasta lo usan para los exámenes, y las hojas ya están ocupadas por una cara", comenta el jefe de estudios. Las postales de Navidad también se elaboran con materiales reciclados.

En lo relativo a los residuos, durante todo el año clasifican la basura en los contenedores verde, azul y amarillo. Cada aula está encargada de uno de ellos y en las tutorías, por rotación, se designan a los responsables de las mismas. Además, durante los recreos ponen en marcha campañas de reciclaje. Y es que, en materia de reciclaje, todo, o casi todo, es apto. Desde cápsulas de café a tapones de botellas que suelen destinar a causas solidarias, o los cartuchos de tinta, que siempre usan reciclados ya que cuentan con una caja donde todo aquel que quiere deposita los usados. Esta labor no termina aquí, ya que también reutilizan el material escolar, el aceite o las pilas, además de contar son su propia compostadora, un ecohuerto y una mesa de cultivo con vegetales con las que promueven un estilo de vida saludable. "A ver si el año que viene conseguimos la Triple Erre de Cogersa", dice Fernández.

A todo esto se le une una vista al año a las instalaciones de Cogersa y otra al parque nacional de los Picos de Europa -la de este año se suspendió por la alerta amarilla-, además de rutas por los bosques del concejo de Aller. Mención especial merece la campaña de reciclaje de móviles que hicieron el pasado año. Con el dinero recaudado apadrinaron dos chimpancés del Instituto Jane Goodall.