Los niños vuelven a las aulas y los padres han de hacer frente al gasto que ello supone. La cuesta de enero poco o nada tiene que envidiar a "la vuelta al cole" del mes de septiembre. Si la cuesta de enero tras las fiestas navideñas es complicada, la de septiembre no se queda atrás en lo que a desembolso se refiere. Más de la mitad del presupuesto de las familias se va en ropa, calzado, material escolar y libros -según datos analizados por iAhorro, este año la vuelta al cole supondrá a las familias un gasto medio de 367,37 euros sólo en uniforme y libros- , a lo que debe añadirse, en algunos casos, el comedor, la ruta del autobús y las actividades extraescolares. Según un estudio promovido por la plataforma online para el aprendizaje de inglés en edades tempranas Lingokids, el 51,8% de las familias españolas con hijos menores de 9 años calcula que gastará entre 50 y 100 euros mensuales en actividades extraescolares por niño a lo largo del próximo curso; incluso un 27% calcula que empleará para este fin entre 100 y 150 euros.

Y es que en esta época del año muchos padres se encuentran con el dilema de qué hacer con sus hijos cuando se acaba la jornada lectiva. La mejor opción para todos, aunque suponga un gasto, son las clases de idiomas, las artes, el deporte y el baile. El saber no ocupa lugar. O sí. Pero en este punto, uno de los aspectos por los que los padres más sufren es por el ritmo de estrés que infunden a la vida familiar estas actividades extra, las cuales son muy positivas para despertar en los más pequeños el interés por actividades artísticas y científicas, para inculcarles la importancia de la práctica deportiva y para reforzar el aprendizaje de los idiomas, tan importantes en un mundo global. Pero muchas veces saturan completamente la agenda de sus padres, que tienen que ir corriendo de un punto a otro de la ciudad llevando y recogiendo a los pequeños a ballet, fútbol, piano y ajedrez, y también sus bolsillos. Según datos de 2017 del Ministerio de Educación, más del 90% de los niños de Primaria y Secundaria -de 6 a 16 años- realizan alguna actividad extraescolar, y algo más de la mitad, dos o más a la semana. Como era de esperar, en su mayoría practican deporte (73%) y entre un 21% y un 28% estudian idiomas o van a clases de música, baile, dibujo, pintura e informática. Profundizando más, el fútbol es la principal actividad, pero también tienen muchos adeptos otras actividades deportivas, como el baloncesto y el patinaje. Sin embargo, un estudio realizado por el Instituto Nacional de Evaluación Educativa demuestra que son los niños que van a clase de música o reciben extraescolares científicas los que obtienen mejores resultados académicos y, además, tienen una actitud más positiva.

Aun así, es una decisión muy importante que los padres deberían meditar conscientemente, ya que, según cómo destinen esas horas extraescolares, los niños y adolescentes guiarán su comportamiento y su rendimiento por un buen camino o por un mal camino, y por ello es vital motivarles con una actividad acorde a sus gustos. Si los niños y niñas necesitan refuerzo con algunas asignaturas está bien apuntarles a clases de apoyo que les ayuden a lidiar con soltura con ella, pero, según algunos expertos, es importantísimo no saturar a los niños con más clases. En otras palabras, la formación extraescolar debe ser un disfrute y no una obligación. Y aquí los expertos insisten en que es muy importante que las actividades extraescolares sean una vía de desahogo y que los niños tengan suficiente tiempo libre para jugar, descansar y estar en familia. Así, realizar alguna actividad después de clase únicamente debe sustituir horas de sofá o de televisión, nunca de convivencia familiar, deberes y juegos. Y es que es fundamental saber que un exceso de actividades extraescolares en los niños puede dar lugar al llamado estrés infantil, que se manifiesta de diferentes maneras, como con dolores de cabeza, dificultad para conciliar el sueño, falta de apetito y cansancio crónico, e incluso puede repercutir en la imposibilidad de expresar o controlar sus sentimientos y en preocupaciones que no son acordes a su edad.