Las cifras pueden llegar a ser alarmantes. Nueve de cada diez adolescentes de entre 14 y 16 años disponen de entre dos y cinco dispositivos digitales personales entre los que destaca el smartphone -89,9%-, por delante del ordenador portátil -75%- y la tablet -68%-. La mayoría, además, indican que tienen estos dispositivos desde hace al menos dos años, lo que indica la temprana edad a la que los adolescentes tienen acceso a las TIC -tecnologías de la información y la comunicación-. Así lo concluye el informe "Las TIC y su influencia en la socialización de adolescentes", un trabajo realizado por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), Google y BBVA en el marco del proyecto "Conectados", concebido para que los adolescentes sean capaces de navegar de forma segura por los peligros de internet. Los resultados de la investigación se han obtenido a través de 1.624 entrevistas a jóvenes de 14 a 16 años en centros educativos, cuatro grupos focales y ocho entrevistas individuales.

Este completo estudio se ha centrado en el análisis del uso que estos adolescentes españoles realizan de la red y las redes sociales, las dificultades que encuentran, cómo las solventan, los dispositivos que manejan y desde cuándo, entre otras diversas cuestiones. En sus conclusiones destaca, entre otros aspectos, que la edad no es importante a la hora de tener un perfil en redes sociales, y casi la totalidad de los entrevistados -un 92%-, afirma tener uno. Prefieren Instagram -para publicar y ser vistos- y Youtube -para consumir contenidos, sentirse fan-, aunque también usan mucho Twitter -para seguir a sus ídolos- y Facebook -como plataforma para juegos y mantener amistades lejanas-. Para el contacto día a día con amigos y familiares, prefieren Whatsapp. En cuanto al objetivo de estos jóvenes a la hora de usar estas redes sociales, publicar y ser vistos, así como mantener amistades lejanas, son las principales. Otra conclusión del informe es que en el trasfondo está también el sentirse integrados en el grupo.

"Enganchados" también al móvil

La mayoría de los adolescentes, según el mismo informe, reconoce un uso muy habitual e intensivo del móvil. De esta manera, los porcentajes de los que afirman que miran el móvil constantemente sobrepasa el 70%, aunque se desprende que existen límites como, por ejemplo, estar en clase. Así, el uso es mayoritario en casa -un 83% constantemente o muchas veces al día-, mientras que nunca o casi nunca se utilizan recursos comunes como el ordenador de casa, el de sus centros de estudios o en bibliotecas.

Por su parte, usan sus dispositivos propios para diversas actividades en la red, destacando el escuchar música -75,6% con frecuencia-, buscar información -41,6%-, navegar -48,3%-, para relacionarse con otras personas o ver su información por estas vías -más del 30%- o para jugar a videojuegos online -el 37,6% lo hacen con frecuencia.

En este punto, llama especialmente la atención que un 4,7% utiliza internet para realizar apuestas online de manera frecuente y un 3,4%, a veces. Una cifra más que significativa y preocupante máxime si se recuerda que los menores no pueden realizar apuestas en la red.

En resumen, lo que se desprende del estudio, es que los menores utilizan las redes sociales fundamentalmente para presentarse a los demás con una intencionalidad clara de sentirse integrados en el grupo: que los demás los vean, que los demás respondan a eso que comparten y obtener aprobación. No obstante, la falta de respuesta o el rechazo a lo compartido genera la angustia ser un excluido. "La inseguridad de exponerse, el no recibir respuesta o que ésta no sea la esperada o incluso los mensajes de rechazo", admiten que es lo que menos les gusta de las redes sociales.