A quince días de que empiecen las vacaciones, todavía es una incógnita si se podrán organizar campamentos de verano o no. Por ahora, lo único que hay sobre la mesa es un borrador de desescalada y vuelta a la normalidad en actividades de tiempo libre de los menores y jóvenes elaborado por el Instituto de Juventud (Injuve) para la realización de estos campamentos. Pero es el comité de expertos del Ministerio de Sanidad el que tiene la última palabra: dar luz verde a este borrador o modificarlo. Y, por ahora, nada se sabe.

En este borrador del Injuve se proponen medidas como que se mantenga el distanciamiento entre las personas a la hora de pernoctar y comer -para los campamentos en espacios cerrados, está por determinar-, que el aforo no supere los 300 participantes o que los grupos no rebasen las 10 personas a la hora de hacer actividades. Nada se dice de realizar pruebas de PCR o de anticuerpos a los participantes.

El Colectivo Nacional de Campamentos de Verano propone a las administraciones su propio borrador como guía para que se mantengan las condiciones de seguridad y de higiene en relación con el covid-19. Entre ellas, que los padres de los menores que participen en alguna de sus actividades firmen una declaración en la que aseguren que su hijo no ha tenido ninguno de los síntomas más frecuentes del covid-19, como tos, fiebre, cansancio o falta de aire los 14 días previos a su incorporación al campamento. Los progenitores tendrán que corroborar, además, que los menores tampoco han estado en contacto con nadie que haya sufrido estos síntomas durante ese tiempo.

En el caso de que durante el transcurso de la actividad se detecte un caso de contagio en la unidad familiar de un participante, el borrador de este colectivo recoge que tendrán que comunicarlo a la empresa organizadora, y esta a los servicios sanitarios, para seguir el procedimiento adecuado. Además, durante el tiempo que transcurra el campamento, los organizadores de los campamentos deberán tomar la temperatura de los menores mañana y noche.

En cuanto al aforo, el Colectivo de Campamentos de Verano establece que al realizarse en espacios abiertos y de acceso controlado, dando un criterio de hermetismo a los mismos, se considera que no es necesario regular los aforos o la distancia en comedores o habitaciones. La aplicación de los protocolos de vigilancia de la salud, previo y durante la actividad, tampoco hace pensar que haya que tener una disminución del número de participantes o un distanciamiento físico entre ellos durante las actividades.

Se proponen medidas como el distanciamiento entre las personas a la hora de dormir y comer, y grupos reducidos.